El municipio de Peranzanes se encuentra en la Comarca del Bierzo, provincia de
León. El término municipal se encuentra
dentro de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses,
limítrofe con Asturias. La abundancia de agua
hace que existan muchos riachuelos que van a parar al río Cúa.
En
sus montes crece el roble, el castaño, el acebo,
el haya, el tojo y el abedul. La fauna es abundante
y
los prismáticos fundamentales para ver
evolucionar al jabalí, la perdiz, los corzos,
lobos, águilas reales, el azor, liebres, conejos,
nutrias, el rebeco o al rey de la fauna de Los Ancares:
el urogallo, cuya caza, afortunadamente,
está prohibida. Ha estado a punto de desaparecer
como le ocurrió al oso.
El
Ayuntamiento de Peranzanes tiene 316 habitantes y está formado por las
poblaciones de Fresnedolo, Cariseda, Faro,
Trascastro, Chano, Guímara (destaca la Iglesia Parroquial de San Bartolomé y molinos de harina movidos por agua) y Peranzanes,
donde se encuentra el Ayuntamiento. En este último
pueblo destaca la Iglesia Parroquial de Santa Eufemia.
Cerca
del pueblo de Guímara nace el Cúa,
río truchero, que después de cruzar toda
la Comarca del Bierzo desemboca en el río Sil. Al valle por el cual fluye el agua del Cúa
y sus arroyos se le conoce como el Valle de Fornela.
Los paisajes de esta parte de la Comarca del Bierzo son muy atractivos pero poco conocidos. Las gentes de
este valle siempre se han dedicado al comercio ambulante
y la arriería. Como ha ocurrido con el resto
de las poblaciones de Los Ancares, los pueblos
de este municipio se han ido quedando sin gente. Las
personas han emigrado a otras partes de España
buscando un mayor nivel de vida. Hoy en día están
regresando, ya jubilados, a sus lugares de origen.
Afortunadamente,
gracias al Agroturismo y a las ayudas de los
organismos públicos la zona se está empezando
a recuperar. Han sido muchos años de abandono.
Las carreteras, el teléfono, la luz
son
lujos de reciente aparición. Este aislamiento
-hoy en día las frecuentes nevadas dejan a los
pueblos incomunicados durante muchos días- ha
propiciado que exista una cultura típica de los Ancares. Se refleja en la arquitectura popular
representada por las
"pallozas",
el folclore, las creencias, costumbres, incluso en la
lengua, una mezcla de gallego, asturiano y castellano.
El lingüista y poeta Dámaso Alonso a mediados
del siglo XX estuvo investigando por estas tierras el
lenguaje de estas gentes. En Trascastro aun se
conserva una especie de jerga llamada "burón",
muy relacionada con el comercio que desarrollan los
naturales de este valle.
Desde
la prehistoria, el valle ha estado habitado, así
lo demuestran los restos de "castros"
celtas en Peranzanes y Chano.
Cerca
de esta última población se puede visitar
el castro de Chano.
Junto a la carretera se encuentra el centro de interpretación
con tres cabañas donde se ambienta la vida de
los habitantes de los "castros".
El "castro" propiamente dicho
se encuentra cerca, pero en una zona elevada. Merece
la pena hacer la pequeña excursión y ver
in situ como es un auténtico "castro"
prerromano, lugar donde vivían gentes que pertenecían
al pueblo astur.
Ocuparon
el "castro" durante los últimos
años del siglo I a. C. y la primera mitad del
siglo I.
En
los pueblos de Los Ancares la arquitectura popular
está muy presente en todos ellos. Las "pallozas",
viviendas de origen incierto (unos dicen que son celtas
y otros que el origen es medieval) eran los habitáculos
donde animales y personas compartían techo. Un
techo o "teito", construido
por expertos "teitadores" en el arte de trenzar
la paja de centeno. Hoy en día aun podemos ver "pallozas" en todo el Valle
de Fornela.
El Valle de Fornela igual que los otros valles que
forman la Reserva Nacional de Los Ancares Leoneses, son lugares ideales
para el descanso y el disfrute del paisaje, la gastronomía
y los deportes.