Ya en la antigüedad las uvas de la variedad
moscatel eran muy apreciadas
por su dulzor. Se decía que si no se
cogían temprano servían (las uvas)
de alimento a las abejas.
Esta
variedad se introduce en Europa a finales del
siglo XVII y se extiende su cultivo por todas
las tierras que rodean el mar Mediterráneo.
En Andalucía su cultivo se intensifica
en el siglo XIX. Después de la plaga
de la filoxera que arruinó todas las
viñas su cultivo se mantiene sólo en la provincia de Málaga, llegando
al 74% de la superficie dedicada al viñedo
en esta provincia española.
Sin
lugar a dudas las mejores pasas son las procedentes
de la variedad Moscatel de Málaga.
Es conocida mundialmente por su gran tamaño
y su exquisito sabor (muy dulce). Su cultivo
tiene lugar en dos zonas de la provincia de Málaga (España): Axarquía
y Manilva.
El
cultivo de las uvas pasas que ha sido
tradicional en estas comarcas no supone solamente
una parte fundamental de la cultura de nuestros
pueblos sino que es también un importante
aporte económico de renta familiar en
una zona donde las fuertes pendientes y las
dificultades de retención de agua hacen
que sea éste el único cultivo
que se adapta a este tipo de paisaje, y no sólo
esto, sino que la escasa dimensión de
las explotaciones (1,5 Ha. de media) supone
tan sólo una parte de la renta anual
que el agricultor necesita para mantenerse en
el medio rural. En una zona con escasos niveles
de renta per cápita y gran dependencia
del sector agrario el cultivo de la uva para pasificación -en su variedad moscatel
de Alejandría-moscatel de Málaga-
es parte fundamental de la economía de
estos pueblos.
Esta
zona se caracteriza así mismo por la
proliferación de pequeños núcleos
eminentemente rurales, tengamos en cuenta que
hay pueblos que no poseen más de 250
habitantes y que viven de este tipo de producciones.
El
terreno donde se cultivan las uvas que después
de la deshidratación son comercializadas
con el sello de calidad de la Denominación
de Origen Pasas de Málaga
es muy variado. Son terrenos alomados, con alturas
que van de los 100 a los 600 m.
Los
suelos son poco profundos, químicamente
homogéneos, bajos en nutrientes y con
un ph neutro. Poco calizos.
El
clima en la zona de producción es suave
y raramente hiela. Los veranos son calurosos,
siendo julio el mes más caluroso. La
temperatura media anual es de unos 14º.
La media anual de precipitaciones se sitúa
entre los 375 mm y los 450 mm.
Destaca
un viento conocido con el nombre de "terral".
Suele causar grandes pérdidas en los
viñedos cuando sopla en el verano.
En
la zona de producción existen numerosos
lechos por donde discurre el agua cuando las
precipitaciones de lluvia son abundantes. Normalmente
permanecen secos la mayor parte del año.
A
modo de resumen podemos decir que:
Es
un cultivo de carácter tradicional
que ha impregnado la cultura de nuestros
pueblos desde hace más de tres siglos.
-
Supone
para estos pequeños enclaves rurales
parte fundamental de su renta anual en un
medio donde no existen otras posibilidades
a corto plazo.
-
Su
elaboración es totalmente tradicional
y natural, sin ningún proceso artificial.
-
Es
un producto donde sus características
organolépticas y gustativas lo hacen
inigualable (grado
de dulzor, sabor, textura, color, etc.).