Se cortan los pimientos, los calabacines, los tomates (pelados
y sin semilla), las cebollas y los ajos en trozos pequeños
(o un poco grandes, dependiendo del gusto de cada uno).
En
una fuente de barro o en una sartén se pone aceite de
oliva virgen extra con Denominación de Origen Protegida Montes de Toledo.
Cuando esté hirviendo añadimos los ajos y la cebolla
picada, cuando empiece a dorarse se le añaden los pimientos
y los calabacines los freímos un poco y a continuación
añadimos los tomates. Salamos. Si nos gusta la pimienta
negra le añadimos 6 granos. Mezclamos bien con una cuchara
de palo y dejamos cocer a fuego lento. Con la cuchara de palo
removemos con cuidado de vez en cuando. Probamos si está
a nuestro gusto de sal y si vemos que le falta, añadimos.
También es interesante añadir un poco de azúcar
si los tomates están un poco ácidos. Cuando veamos
que ya está hecho, lo retiramos.
Llegados
a este punto podemos mejorar el pisto añadiéndole
uno o dos huevos. Los mezclamos bien con la cuchara de palo
y listo para comer.
Si
no añadimos los huevos podemos acompañar el pisto
con huevos fritos (estrellados).
El
pisto se puede comer sólo o como acompañamiento
de chuletas de cerdo, pollo, chuletas de cordero o ternera,
chuletones, etc.
Se
recomienda acompañar el pisto con un vino tinto joven
de las Denominaciones de Origen de Castilla-La Mancha.
