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Proceso de cultivo de las Alcachofas de Benicarló

 

Preparación del terreno para plantar alcachofas.-


Primero se seleccionan las parcelas de manera que entre dos plantaciones de alcachofa en la misma parcela haya transcurrido un mínimo de tres o cuatro años.

El terreno se prepara con gran esmero ya que la alcachofa puede durar 2 o incluso 3 años en el mismo terreno, para lo cual se dan 1 o 2 labores profundas para asegurar una buena aireación y permeabilidad del suelo en profundidad. A continuación se efectúa un pase con fresadora para desmenuzar el terreno superficialmente y preparar los surcos para su posterior plantación.

Con una antelación mínima de 20 días antes de la plantación, se incorpora el abonado de fondo sobre todo con abonos orgánicos -estiércol-. Se puede emplear la desinfección química del terreno, pero empleando productos químicos debidamente autorizados. Sin embargo, es preferible emplear otras opciones más respetuosas con el medio ambiente, como es la rotación de los cultivos.

Plantación de los esquejes de la alcachofa.-


El sistema de multiplicación –reproducción- empleado es por esquejes procedentes de plantas madres seleccionadas por el propio agricultor. Para la elaboración de los esquejes una vez terminada la recolección e interrumpidos los riegos, es decir una vez provocado el "agostamiento" de la planta, se arrancan las plantas madres seleccionadas, a partir del rizoma de la planta madre el agricultor obtiene de 4 a 6 esquejes.

La plantación de dichos esquejes se realiza durante los meses de julio y agosto de forma manual con unas densidades que oscilan de 12.000 a 18.000 plantas por hectárea.

Es recomendable antes de plantar los esquejes sumergirlos en una solución con productos fungicidas e insecticidas con el fin de evitar posteriores marras de cultivo. Es importante mantener sumergidos los esquejes el tiempo necesario en la solución desinfectante para que se produzca el efecto deseado (10 minutos). Estos tratamientos de inmersión en caldo fungicida se pueden completar con productos insecticidas para eliminar las orugas que pudiera haber del barrenador de la alcachofa.

Riego.-


El riego se puede hacer de forma tradicional, es decir inundando de agua los surcos donde están plantadas las alcachofas o por goteo. La tendencia es regar siempre por goteo ya que se hace un empleo más racional del agua, un mejor control de los abonados -los abonos van disueltos en el agua- y hay una disminución de mano de obra.

Aunque hay una inversión inicial muy fuerte como consecuencia de la instalación de todo el sistema de riego por goteo. Durante la primera etapa de enraizamiento del cultivo se dan varios riegos, por coincidir con los meses más calurosos y secos del año. Procurando no regar en las horas de máxima insolación, ya que se puede producir escaldado de plántulas.

También se recomienda regar durante la recolección de las alcachofas para evitar el marchitamiento de los capítulos. Aunque hay menos calor la planta tiene mayores requerimientos hídricos.

Abonado.-


Al principio hay un abonado de fondo realizado durante la preparación del terreno y durante toda la campaña se realizan abonados de cobertera en función de las necesidades que presenta la planta según el momento del ciclo vegetativo en que se encuentre.

En el primero –abonado de fondo- se incorporan al terreno nutrientes menos móviles como son el P205 y K20 así como nitrógeno en forma amoniacal que es de asimilación más lenta para la planta que el nitrógeno en forma nítrica.

Abonado de fondo:


Estiércol.
Aportación de P205 y K20.
Nitrógeno en forma amoniacal.

Abonado de cobertura:


3 o 4 aplicaciones resto de nitrógeno.
A los 40 días de la plantación (N amoniacal).
Al inicio de la recolección (N forma mixta).
Mes de enero.
Mes de marzo.

Si tenemos instalado el riego por goteo los fertilizantes –abonos- van disueltos junto con el agua de riego. Así permite el fraccionamiento de la fertilización una vez a la semana o incluso en cada riego.

Control de malas hierbas.-


En la primera fase del cultivo se realizan escardas manuales y químicas con productos autorizados para el control de las malas hierbas.

Al emplear la escarda química habrá que tomar varias precauciones:

  • Si son necesarias varias aplicaciones a lo largo del cultivo en una misma parcela habrá que alternar materias activas diferentes ya que sino se irá seleccionando la flora más resistente y cada vez la eficacia del herbicida será menor. Emplear las dosis indicadas para cada materia activa ya que si se sobrepasan pueden provocar daños al cultivo.
  • Se deberá emplear la materia activa adecuada atendiendo a la fase en que se encuentren las malas hierbas a combatir, el cultivo y las características del producto con el fin de conseguir la máxima eficacia posible.

Se recomienda también realizar labores de recalce o aporcado con motocultor o pase de cultivador. Estas labores no son aconsejables antes de que las plantas presenten 3 ó 4 hojas ya que pueden dañar las raíces y brotes incipientes. Estas labores se realizarán de forma periódica cuando se estime conveniente y se irán haciendo cada vez menos frecuentes a medida que el área sombreada de la mata impida la proliferación de malas hierbas.

Tratamientos fitosanitarios.-

En la realización de tratamientos fitosanitarios se tendrán muy en cuenta los momentos de aplicación y materias empleadas variables según la plaga o enfermedad a combatir y el ciclo de éstas y sólo se realizarán en caso de que sea estrictamente necesario. Por ello sólo se emplearán materias activas autorizadas y se respetarán los plazos de seguridad, sobre todo si es necesario realizar un tratamiento en fechas previas a la recolección. Para ello se leerán detenidamente las etiquetas de los productos antes de utilizarlos.

Aplicación de fitorreguladores.-

La aplicación foliar de ácido giberélico se puede realizar con el fin de concentrar la producción en un intervalo de tiempo menor.

Sin embargo, deberán tomarse las siguientes precauciones:

Se empleará en plantas sin problemas nutricionales y con el sistema radicular muy conformado.

No se deberá emplear cuando existan riesgos de heladas ya que aumentan la sensibilidad de las plantas.

La mejor época de aplicación es el mes de noviembre cuando la planta ya está perfectamente arraigada y establecida aunque es igualmente eficaz en primavera para adelantar la cosecha. Sin embargo, si se realiza en plantaciones de primer año la producción concentrada en primavera irá en detrimento de la primera cosecha del año siguiente.

También puede emplearse con la finalidad de recuperar plantaciones que han sido dañadas por heladas si sólo han sido afectadas hojas y frutos.

Recolección de las alcachofas.-


La recolección del producto se produce de forma escalonada desde los meses de octubre a mayo aproximadamente. Con una ligera parada en enero.

Se realiza de forma manual, con un cuchillo bien afilado, seleccionando las alcachofas y con una porción de tallo inferior a 10 cm y se depositan en cestos que lleva el propio recolector.

Una vez llenos los cestos, se vacían con el máximo cuidado posible para no dañar el producto en cajas de plástico y se envían a los centros de elaboración con la mayor brevedad posible para evitar una merma de calidad.

Acondicionamiento y envasado:


Una vez el producto llega a las instalaciones de acondicionamiento y envasado, se realiza una rigurosa selección en las líneas de tría y confección y son clasificadas y envasadas según categorías y con las máximas garantías higiénico-sanitarias. Se comercializan rápidamente para que llegue la alcachofa a consumidor lo antes posible.

Rebaje de las plantas.-


Durante los meses estivales y cuando la planta está agostada se realizará el rebaje de las matas para facilitar la brotación en el siguiente ciclo productivo.

 

 




 

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