El municipio de Villanueva de los Infantes se encuentra situado en la comarca del Campo de Montiel, provincia de Ciudad Real. Está comunicado con Valdepeñas -30 km- por la carretera CM-412 y en esta localidad tiene conexión con la Autopista de Andalucía. Otras carreteras comarcales nos llevan a localidades vecinas como La Solana, Fuenllana, Alcubillas, Cozar o Villahermosa.
En la zona hay vestigios de asentamientos de la Edad de Cobre, 2000 años a.C., pero es con los romanos cuando esta población adquiere importancia. De esta época se conservan restos de calzadas, dos puentes romanos, destacando el de Treviño (a 4,5 km de la ciudad), con 200 m de largo y 6 arcos, sobre el río Jabalón.
A las afueras (4,5 km) de la localidad se encuentra el Yacimiento Arqueológico Jamila. Se trata de los restos de un gran edificio con 14 grandes columnas de los siglos XIII y XIV. También hay restos ibero-romanos. En la fase medieval terminó destruido por un incendio. Era un enclave en el que vivían familias judías.
Como consecuencia de la derrota árabe en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) se pone fin al dominio árabe de La Mancha y se inicia una gran repoblación de las localidades manchegas con gente venida de otras tierras cristianas. En el año 1245 Jamila aparece en los escritos conservados de la época como una aldea poblada por los Caballeros de la Orden de Santiago.
La zona era muy insana y la población se mudó a un lugar cercano conocido como La Moraleja. Dependían de Montiel, capital de la comarca de Campo de Montiel.
A principios del siglo XV la aldea de La Moraleja triplicó la población por lo que el 10 de febrero de 1421 el maestre de Santiago e Infante de Aragón, don Enrique, le dio la independencia, concediéndole jurisdicción y sello propio. En agradecimiento a él y a sus hermanos, infantes también, la aldea de La Moraleja cambió de nombre por el de Villanueva de los Infantes.
Siguió creciendo y a mediados del siglo XVI el rey Felipe II la hizo capital del Campo de Montiel y capital de Gobernación de la Orden de Santiago. Su influencia sobre la zona y tierras de Albacete, Murcia y Jaén fue muy grande durante la Edad Moderna. Se convirtió en el foco espiritual de La Mancha durante la Edad de Oro, arrebatando la hegemonía que tenía Alcaraz durante el Renacimiento.
Villanueva de los Infantes se convirtió en un importante foco cultural gracias a figuras tan importantes como Santo Tomás de Villanueva, el humanista Jiménez Patón, el artista Francisco Cano, los escritores Quevedo, Cervantes o Lope de Vega. Famosos eran los festejos taurinos o el corral de comedias.
Durante la Guerra de la Independencia, Villanueva de los Infantes resistió contra las tropas francesas estacionadas en la vecina Manzanares. El 1 de enero de 1810 los franceses la ocuparon y estuvieron en ella durante año y medio.
La regente María Cristina le concedió el titulo de ciudad en el año 1895.
La actividad económica se centra en la agricultura -cultivo de vides, cereales, olivos y productos de la huerta, destacando el cultivo de pimientos-, los servicios y el turismo.
Un equipo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid aplicando diversas metodologías, entre ellas la velocidad que despliega el asno en su recorrido habitual llegó a la conclusión de que la mítica morada de Don Quijote es la localidad de Villanueva de los Infantes. Así comienza El Quijote, una de las mayores obras escritas de todos los tiempos:
“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”
Hoy, el Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes, tiene 5.752 habitantes. Es una ciudad que representa muy bien el barroco y renacimiento manchegos. Ofrece al visitante numerosos lugares de interés arquitectónico destacando la Plaza Mayor.
Esta bella ciudad, declarada Conjunto Histórico Artístico en 1974, merece un recorrido pausado por sus calles y plazas para admirar su historia a través de sus monumentos civiles y religiosos. Paseando por su Plaza Mayor y calles aledañas nos permite trasladarnos a otras épocas.
La Plaza Mayor es de estilo neoclásico y juega un papel importante en el diseño urbano de la ciudad. En ella se instalan las edificaciones más importantes tanto civiles como religiosas. La Plaza tiene planta trapezoidal y hoy el visitante puede hacerse fotos con las esculturas de Don Quijote y Sancho Panza, junto con el burro de este y el caballo de aquél.
El edificio del Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes es de piedra y tiene soportales con arcadas neoclásicas y dos alturas. Junto al Ayuntamiento se encuentra la Iglesia Parroquial de San Andrés (siglo XVI). Destaca su impresionante fachada de estilo clasicista. Tiene tres puertas. La que da a la Plaza Mayor es herreriana, obra de Francisco Cano y las otras dos son platerescas.
La Torre (1683) de la iglesia es de estilo herreriano, de cuatro cuerpos, obra de Juan Ruiz. En el interior las bóvedas son de crucería con planta de cruz latina. Destaca la Capilla de los Bustos, donde eran enterrados los Caballeros de la Orden de Santiago. También hay una cripta en honor de Santo Tomás. Sobresale un bello pulpito de estilo plateresco. Se puede visitar la Capilla en la que se encuentra enterrado Don Francisco de Quevedo y Villegas.
Cerca de la Iglesia de San Andrés se encuentra el Hospital de Santiago, de origen medieval (siglo XVII), fue hospital de pobres y refugio de caminantes. Hoy es un Centro Social. A continuación nos encontramos con la Iglesia del Remedio. Ya existía en el 1500 y fue construida por la Cofradía de Pastores. Al poco tiempo se englobó dentro del Hospital de Santiago. Dentro de la Iglesia destaca el retablo.
En la Plaza de San Juan se encuentran el Convento y la Iglesia de Santo Domingo. El convento fue fundado en el año 1526. En 1844, tras la desamortización de Mendizábal, desapareció el convento y el edificio se vendió al estado y lo utilizó como escuela pública hasta el año 1979. En su interior destaca el claustro de ladrillo mudéjar.
En una de las celdas de este convento falleció Don Francisco de Quevedo y Villegas el 8 de septiembre de 1645. Se puede visitar la celda. Hoy el edificio es una hospedería con restaurante.
La Iglesia de Santo Domingo fue construida en el siglo XVII siguiendo las normas de la contrarreforma. En su interior destaca el retablo barroco de magnificas columnas salomónicas.
Fundado por la Orden Dominica es la Iglesia del Convento de la Encarnación (1598). De estilo barroco, destacan el pórtico y la fachada-retablo de la calle Cervantes con un altorrelieve que representa la Anunciación.
La Iglesia del Corpus Christi y Convento de las Franciscanas, se encuentra en la Plaza de la Fuente Vieja. En su interior bellos retablos, destacando el Eucarístico.
Por último en la Plaza de la Trinidad tenemos la Iglesia de los Trinitarios. Antiguo convento de Trinitarios. En su interior destaca la talla barroca, de gran calidad, de Nuestro Padre Jesús Rescatado.
Villanueva de los Infantes para el tamaño que tiene es una de las ciudades con más casas señoriales y palacios de toda La Mancha. Esto nos da una idea de la pujanza de esta ciudad a lo largo de su historia. El visitante tiene que pasear por plazas y calles para descubrir estas maravillas del arte y la arquitectura. Fundamental recorrer la peatonal calle de Cervantes, la más importante de la ciudad.
Alhóndiga.- Es un edificio del siglo XVI. Se construyó como pósito –almacén de trigo- y casa de contratación. Desde aquí se canalizaba la actividad comercial de la ciudad, desde mediados del siglo XVI hasta el año 1719 que se transformó en cárcel. En su interior hay un magnífico patio formado por gruesas columnas. Aun se pueden ver inscripciones realizadas por los presos.
Casa del Arco.- Es del siglo XVII. La fachada es de estilo neoclásico, portal en piedra y un patio señorial de columnas jónicas. Perteneció al Virrey de México, pariente de Santo Tomás de Villanueva
Casa de los Estudios.- También conocida como Colegio Menor. Tiene un bonito patio con pilares de escasa altura.
Casa de Santo Tomás.- Solo conserva el escudo en la fachada.
Casa Tribunal de la Inquisición.- Conserva la portada adintelada con escudo del Santo Oficio: la cruz, la calavera y las tibias cruzadas. Fue cárcel de la Inquisición.
Casa Solar Familia García del Busto.- La familia Busto es uno de los linajes más antiguos de Villanueva y propietarios de la capilla donde está enterrado Quevedo. El escudo se encuentra en la fachada. Desde el siglo XIX pertenece a la familia Rebuelta.
Palacio del Marqués de Melgarejo.- Es de la primera mitad del siglo XVII, destacando su pórtico neoclásico. En el interior hay un patio con columnas jónicas. Tiene una imponente escalera de mármol del siglo XIX.
Casa Cuartel de los Caballeros de Santiago.- Era la sede de la Orden Militar. En la parte superior del pórtico se encuentra el escudo de la Orden.
Casa del Marqués de Camacho.- La fachada hace esquina con dos calles. En el ángulo donde se encuentran las dos fachadas hay un escudo heráldico. Hoy lo ocupan entidades bancarias.
Casa del Caballero del Verde Gabán.- Perteneció a Don Diego de Miranda, Caballero del Verde Gabán, y aparece descrita en el capitulo XVIII de la segunda parte de El Quijote. La portada tiene estructura adintelada. Aquí estuvo la Compañía de Jesús. En su interior hay un bello patio de estilo castellano.
Casa de La Pirra.- Perteneció a la Orden de San Juan. En la fachada hay un balcón-púlpito corrido desde el cual se relataban las gestas al venir de los cruzados de las cruzadas. Es único en la ciudad. En el interior hay un patio cuadrangular.
Palacio de los Ballesteros.- Se construyó en el segundo tercio del siglo XVI. Según la heráldica de la fachada, este magnífico palacio perteneció a la familia Ballesteros. Es uno de los palacios más antiguos de la ciudad.
Casa de Don Manolito.- Es la casa troncal de los Ballesteros en el siglo XVI. En la fachada encontramos las armas de los Ballesteros y los Muñoz, apellido de su mujer. Hoy es un Centro de Día y alberga una exposición permanente de autores comarcales.
Casa de Santo Tomás de Villanueva.- Edificio de sobria estructura de sillería y heráldica arzobispal del Santo en la esquina. Frente a la casa se encuentra el Oratorio de Santo Tomasillo, de estilo barroco pleno.
También está la Casa de los Portillo y la Casa del Inquisidor.
A las afueras de la ciudad (5 km) se encuentra el Santuario de Ntra. Sra. de la Antigua. El patio es cuadrangular y porticado. La portada es barroca. Dentro se encuentra el retablo de estilo barroco con columnas salomónicas. En el centro del retablo el camarín de la Virgen de la Antigua, talla del siglo XIII. En el entorno del Santuario existe un entorno acondicionado para el descanso.
Respecto de la artesanía aun quedan artesanos de forja, cuchillería, muebles castellanos, cantería, artesanía textil con fibras vegetales –anea, esparto y mimbre-, piel y cuero.