Entre el río Ebro y las provincias de Zaragoza y Teruel se encuentra la Comarca de Terra Alta, en la provincia de Tarragona. Aquí encontramos los viñedos más meridionales de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
La peculiaridad de esta zona de producción de vino y aceite de oliva está en su terreno -gran parte de los viñedos se sitúan en terrazas-, formado por roca calcárea, que retiene muy poca agua; el clima mediterráneo que al estar rodeado por montañas no es tan caluroso como en la cercana costa mediterránea, con inviernos fríos y veranos con temperaturas que alcanzan los 40º. Es necesario mencionar los vientos que recorren la Comarca de Terra Alta. Son conocidos por los nombres de Gavinada y el Cerç. Soplan con fuerza y mantienen las uvas bien ventiladas, lo que favorece la maduración.
Por su orografía la Comarca de Terra Alta sufrió a lo largo de los años un aislamiento con el resto de Cataluña. El cultivo de la vid viene de antiguo pero siempre se limitó a abastecer el mercado local. Superada la crisis de la plaga de la filoxera con nuevas variedades de vides -en Cataluña apareció en el año 1880-, unido a la aparición de movimientos cooperativistas, la industria del vino surgió con fuerza. Se construyeron grandes cooperativas de estilo modernista, que todavía siguen en funcionamiento, y se inició la exportación a otras regiones de Cataluña y España. Este empeño de los agricultores por hacer mucho y buen vino culminó con el reconocimiento de la Denominación de Origen Terra Alta, en el año 1985.