Observar el mar de olivos que se pierde en el horizonte nos
ayudará a familiarizarnos con la parte baja de la Sierra de Segura. Las hojas verde plata, los
troncos retorcidos con el paso de los años y ese fruto
negro, tan intenso y brillante, se convierten en los
protagonistas de un paisaje fascinante. El devenir
de tractores, el acarreo de los mantones, el bullicioso
ir y venir de gentes y el cambio de fisonomía que
se palpa en estos pueblos se hace visible cada año
cuando llega la época de la aceituna.
La ruta resulta larga, pues recorre de forma apacible
la zona norte de la Sierra de Segura. La orografía
es poco montañosa, y está formada por un sinfín de
manchas verdes perfectamente alineadas, que se pierden
en el horizonte, configurando un paisaje muy característico
y lleno de peculiaridades. Como curiosidad señalamos
que uno de los juegos con más tradición de la Sierra
de Segura es el de “los bolos serranos”. En muchos pueblos veremos a sus gentes practicando
este deporte autóctono.
La Sierra de Segura forma parte del Parque
Natural de Cazorla, Segura y las Villas. Es el
espacio protegido más grande de España. La Sierra
de Segura es la columna del Parque Natural.
Iniciamos
la ruta en Villarrodrigo (una de las entradas
al Parque Natural, aunque este municipio no
pertenece al mismo. La carretera N-322 que
viene de Albacete pasa cerca de la localidad), donde visitaremos los monumentos siguientes: la Iglesia Parroquial y el torreón de la Plaza
Mayor que consta de tres hermosas bóvedas. Imprescindible
es acercarse a la pequeña pero entrañable aldea de Onsares.
Tras
finalizar la visita, continuamos la ruta hacia Genave,
zona productora de aceite ecológico. Hace 25 años, el término municipal apostó por convertir una parte de su
olivar en cultivo ecológico. Hoy cuenta con más de
250 hectáreas dedicadas al olivar ecológico, cuyo
aceite se exporta principalmente a Japón, Estados
Unidos y Alemania, donde es muy apreciado.
Continuamos
nuestra ruta hasta Torres de Albanchez, donde
se puede contemplar la Iglesia Parroquial de Nuestra
Señora de la Presentación, la Torre
Fuerte y algunas cuevas y asentamientos con restos
prehistóricos.
La siguiente villa que visitaremos es Siles.
En esta localidad, se puede admirar la Iglesia
Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, la
Casa Tercia, antigua morada de Jorge Manrique,
el Cubo, torre de la primitiva fortaleza, y
la hermosa Ermita de San Roque.
Volvemos
sobre nuestros pasos y nos dirigimos a Benatae , donde es preciso hacer un alto para visitar la Iglesia
Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción que
mezcla elementos románicos, góticos y renacentistas.
Es en esta zona donde los olivos se encaraman a los
sitios más insospechados, mezclándose y perdiéndose
entre los rectos pinares en una sinfonía de colores
y formas.
Continuamos
en dirección a Orcera, centro administrativo
de la comarca. Un recorrido por sus calles resultara
muy interesante. Entre sus monumentos destaca la Iglesia
de Nuestra Señora de la Asunción construida en
tiempos de Felipe II, y la Fuente de los Chorros,
del siglo XVI.
Desde
aquí nos dirigimos a Segura de la Sierra. Situada
a una altitud de 1100 metros, da nombre al río Segura y al Parque Natural. El pueblo impresiona al
visitante por su situación en la ladera de la montaña,
y en la cumbre: el Castillo. Toda la villa
es Conjunto Histórico. Formando parte del Conjunto
Histórico se encuentra la casa donde residió
el poeta Jorge Manrique. No perderse los atardeceres,
cuando la luz rojiza del Sol ilumina las casas. Nuestros
ojos lo agradecerán.
Regresamos
a Orcera y nos dirigimos a La Puerta de Segura, entrada natural a la comarca. En esta
localidad tiene sus oficinas el Consejo Regulador
de la de la Denominación de Origen Protegida Sierra de Segura. Entre los monumentos más importantes
de esta localidad hay que mencionar la Iglesia
de San Mateo, las ruinas del Castillo junto
al puente y la Casa Tercia.
Retomamos
nuestra ruta y llegamos a Orcera, el
pueblo más joven de la Sierra de Segura. En la época
romana se construye el Puente Viejo para salvar
el río Guadalimar,
que formaba parte de la vía romana que unía el valle
del Guadalquivir con Cartagena. Justo
a la entrada vemos la envasadora de aceite, gestionada
por una cooperativa de segundo grado que incluye a
la mayor parte de las cooperativas aceiteras de la
comarca. En esta ubicación se halla también el Vivero
de Empresas Agroalimentarias de la Sierra de
Segura.
En
este industrial pueblo finalizamos la ruta y descansaremos
en uno de sus numerosos hoteles y posadas, para seguir
con otra ruta al día siguiente y descubrir nuevas
joyas turísticas en esta Sierra que toma el
nombre de su río: el Segura.
Andaluces de Jaén
Aceituneros
altivos,
Decidme
en el alma ¿quién?
¿quién
levantó los olivos?
(de Miguel
Hernández)