El municipio de Santa Cruz de Tenerife se encuentra situado en la isla de Tenerife, provincia de Santa Cruz de Tenerife. Su término municipal se encuentra al noroeste de la isla. Aquí llegaron en el año 1492 los castellanos procedentes de la Península Ibérica. Se establecieron en este lugar para así conquistar toda la isla, hecho que duró dos años. En el año 1496 se incorporó a la Corona de Castilla. A finales de este siglo XV comienza a formarse una sociedad compuesta por marineros, soldados, mercaderes y los guanches, habitantes de estas tierras. Todas estas gentes vivían tierra adentro, en La Laguna y el puerto en Santa Cruz.
La actual ciudad se asentó alrededor de la Iglesia de la Concepción. Para su defensa se construyó el Castillo de San Cristóbal, derruido en el año 1930 para construir la actual Plaza de España. Durante la mitad del siglo XVI el centro de la población se desplazó hacia donde hoy se sitúa la Plaza de La Candelaria.
Los castellanos escogieron uno de los mejores lugares de la isla de Tenerife para construir el puerto. El otro puerto
importante de la isla de Tenerife era el de Garachico, pero fue destruido en el año 1706 por una erupción volcánica. Este fue el motivo por el que el puerto de Santa Cruz experimentara una gran actividad
económica. Fue la puntilla que necesitaba la ciudad para
convertirse en la gran capital de las Islas Canarias junto con Las Palmas de Gran Canaria, capital de la otra provincia canaria.
Con anterioridad a esta fecha, y a lo largo de los años, la actividad administrativa y económica se fue desplazando de La Laguna a Santa Cruz aprovechando la actividad del puerto. La burguesía también se fue trasladando de una ciudad a otra.
Hoy el puerto es el punto de referencia de todos los cruceros turísticos internacionales y se ha convertido en uno de los más importantes de España. En él se encuentra una refinería de petróleo.
En el año 1859 Santa Cruz de Tenerife, que actualmente tiene 220.000 habitantes, se convirtió en ciudad. Y como reconocimiento a sus habitantes por las muchas victorias contra los invasores de la ciudad, el rey Carlos IV le concedió en 1803 el título de Muy Leal, Noble, Invicta y Muy benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife. Muchas gentes han llegado a la isla y se han quedado a vivir en esta ciudad aportando sus costumbres y creencias. Todos han formado una cultura propia y universal, que hoy el visitante puede ver en sus edificaciones, escuchar en su música, el folklore y degustar en su gastronomía.
Otras veces, los pacíficos habitantes tuvieron que defenderse de piratas, corsarios, galos y de la armada inglesa con su almirante Nelson al frente. Este fue derrotado el 25 de julio de 1797, perdiendo incluso un brazo.
Los turistas que vienen de todos los países de Europa a través de sus dos aeropuertos internacionales -el Reina Sofía al sur de la isla y Los Rodeos al norte, en el vecino municipio de La Laguna- y de su puerto, tienen que conocer la ciudad callejeando por sus calles, plazas y jardines.
Así verán infinidad de esculturas en sus plazas y calles. Son obras de Martín Chirino, Henry Moore, Oscar Domínguez, Joan Miró, etc. Se instalaron en la ciudad a mediados de los años 70 del pasado siglo XX, con motivo de la celebración de la Primera Exposición Internacional de Esculturas en la Calle.
La calle más comercial de Santa Cruz es la calle del Castillo. Está llena de comercios de todo tipo. Es una de las calles más antiguas, ya se citaba su nombre en el siglo XVII. Nace en la Plaza Weyler (1878) en cuyo centro hay una fuente de mármol blanco, de estilo renacentista. Cruza todo el centro de la ciudad y desemboca en la Plaza de la Candelaria. A lo largo de los años esta plaza fue cambiando de nombre. Primero se llamó Plaza Real, luego Plaza de la Pila, más tarde Plaza de la Constitución y desde el año 1787 lleva el nombre de la Patrona de la Diocesis Nivariense de Santa Cruz de Tenerife. El monumento que preside la plaza se llama “Triunfo de la Candelaria”, de estilo neoclásico. Representa la aparición de la Virgen a los guanches, antiguos moradores de la isla.
Haciendo esquina con la calle Castillo, en la calle Teobaldo Power, se encuentra el edificio que alberga el Parlamento de Canarias. Es de estilo neoclásico, de la segunda mitad del siglo XIX.
A continuación de la Plaza de la Candelaria se encuentra la gran Plaza de España. Hasta el año 1928 el espacio estaba ocupado por una antigua fortaleza, el castillo de San Cristóbal. En el centro se alza el Monumento a los Caídos. Es un homenaje a los que perdieron la vida en última Guerra Civil Española. En esta plaza se sitúa el edificio sede del Cabildo Insular de Tenerife.
Los otros lugares importantes son: la Plaza del Príncipe de Asturias, con su templete; la Plaza de los Patos (1913-1917), idéntica a la de las Ranas del Parque de María Luisa de Sevilla y la calle de la Noria, una de las más antiguas, con sus casonas tradicionales, sus muchos bares y restaurantes; en uno de sus extremos se encuentra la Iglesia de la Concepción.
Los edificios civiles más destacados de la ciudad son:
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El edificio del Ayuntamiento de Santa Cruz (1898), de estilo neoclásico.
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Capitanía General (1881), también de estilo neoclásico.
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El Palacio de Carta (siglo XVIII), de estilo barroco y neoclásico.
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La Recova Vieja, un antiguo mercado convertido hoy en Centro de Artes. En él hay numerosas exposiciones a lo largo del año. Es la sede del Centro de Fotografía Isla de Tenerife. Cada dos años se celebra la exposición Fotonoviembre.
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La Recova Nueva (1943), es el actual mercado, que tiene como singularidad la Torre, mezcla de estilo colonial de Canarias y andaluz.
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Museo de la Naturaleza y el Hombre, antes hospital, hoy acoge el Museo Arqueológico y el Instituto Canario de Bioantropología. Alberga un instituto, futuro Museo de Arte Moderno.
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Museo Municipal de Bellas Artes, junto a la Plaza del Príncipe de Asturias, con exposiciones permanentes de pintura y arquitectura. Destaca el cuadro del tinerfeño Gumersindo Robayna, Primera Misa en Añaza, que reproduce la fundación de Santa Cruz.
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La música siempre sonaba en el Teatro Guimerá (1851). Actualmente tiene su sede en un edificio diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava, que se ha convertido en el símbolo de la modernidad de Santa Cruz de Tenerife. Nos estamos refiriendo al Auditorio de Tenerife. Destaca la sobrecubierta, semejando una gran ola saltando sobre el edificio. Es la sede de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.
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Junto al Auditorio de Tenerife está el Castillo de San Juan Bautista o Castillo Negro (siglo XVII); el Parque Marítimo (piscinas, solarium, cafeterías y restaurantes) obra del artista canario César Manrique y, un poco mas alejado, el Centro Internacional de Ferias y Congresos.
De los edificios religiosos destacan:
La Iglesia de la Concepción: se construyó en el año 1500 aunque su estructura es del siglo XVII. Está dedicada a la Santa Cruz y destaca el Altar Mayor. Una de las piezas más importantes del arte sacro de la isla se encuentra aquí: es el Cristo del Buen Viaje. La Torre de esta Iglesia es uno de los símbolos de la ciudad.
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Iglesia de San Francisco (1680), barroca. El pórtico es de estilo corintio, con dos columnas salomónicas de piedra canaria.
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También podemos visitar la Iglesia del Pilar (siglo XVIII), las Ermitas de San Telmo (1494-1496) y de Regla (1643).
En la población pesquera de San Andrés, distante 7 kilómetros de Santa Cruz, podemos ver una fortaleza derruida. En este pueblo se encuentra la playa de Las Teresitas, 1,5 kilómetros de arena blanca traída del desierto del Sahara. Es la playa más popular del municipio, muy concurrida por santacruceros y turistas.
Hay otras pequeñas playas éstas de arena negra como la del Roque de las Bodegas.
Al norte de la ciudad se encuentran las montañas del macizo de Anaga, catalogado Parque Natural en el año 1987. En 1994 recibe la calificación de Parque Rural. Tiene gran valor ecológico, debido a que en los diferentes valles hay microclimas y abundantes endemismos. En él se encuentran bosques de laurisilva, vegetación originaria de la época terciaria. Es de los pocos que quedan en el mundo. En el Parque Natural de Anaga se puede practicar el senderismo. Un consejo: imprescindible llevar prismáticos.
Dentro del Parque hay actividades agrícolas y ganaderas. La gente que vive aquí aun conserva tradiciones como la artesanía del mimbre y la palma.