Económicamente la base de la población hispano-romana de la comarca
de Priego tenía su piedra angular en la agricultura,
en la famosa tríada mediterránea (trigo, vid y olivo). Existen pruebas arqueológicas de elementos pétreos dedicados
a la prensa de aceitunas y que se pueden datar hacia
el siglo II d.C.
Según datos del año 1747, facilitados por el Marqués
de Priego, se producían "en la zona más
de 20.000 arrobas de aceite que se consumen en la Villa
y el resto se vende fuera …”
A principios de siglo existían, sólo en el término municipal de Priego de Córdoba, más de cuarenta molinos, que nos dan
una idea de la importancia que tenía el olivar dentro
de la economía de la zona y que ha seguido teniendo
a lo largo de este siglo.
La zona de producción de la Denominación de Origen Priego
de Córdoba se encuentra situada en el sudeste
de la provincia de Córdoba, en pleno corazón
del Parque Natural de las Sierras Subbéticas,
siendo limítrofe con las provincias de Jaén y Granada. El olivar se encuentra en cotas superiores
a los 700 metros. Un peculiar microclima, caracterizado
por una elevada pluviosidad y unas grandes oscilaciones
térmicas (va desde los 2º C en enero a los 33º C en
julio), junto con una accidentada y montañosa orografía,
confieren a esta zona matices específicos que la hacen
ser diferente de cualquier otra.
Los
suelos están formados por margas calizas, calizas dolomíticas,
arcillas y arenas con cantos calizos y yesíferos.
La abundancia de fuentes, ríos y arroyos, ha generado
un permanente proceso de erosión facilitada por las
labores con formación de numerosos valles y depresiones
en los que se acumula una capa laborable profunda, que
permite un excelente desarrollo al cultivo del olivo.
El olivar ocupa aproximadamente unas 30.000 hectáreas.
Es casi la totalidad de la tierra cultivada.
El
riesgo de daños por heladas está presente en la zona
durante los largos períodos invernales. Quizá ésta sea
una de las razones principales por la que está tan implantada
la variedad Picudo, resistente a las heladas.
Entre sus principales ríos destacan el Salado,
el Caicena y el Zagrilla, que vierte al S. Juan-Genil y al Guadajoz.