La zona de producción de las patatas amparadas por la Indicación Geográfica Protegida Patates de Prades o Patatas de Prades, estará constituida por los terrenos ubicados en los términos municipales de Prades, Capafonts, La Febró y Arbolí, de la Comarca del Baix Camp, provincia de Tarragona, en la Comunidad Autónoma de Cataluña.
La zona de acondicionamiento y envasado coincide con la zona de producción.
Origen e historia de las Patatas de Prades.-
El cultivo de patatas es uno de los cultivos tradicionales en los suelos de la comarca del Baix Camp de la provincia de Tarragona, desde hace siglos. Existen diversas referencias bibliográficas que nos hablan de la importancia que tenía el cultivo de la patata en varios municipios de las montañas de Prades, como son Capafons, La Febró y muy especialmente Prades.
Así, Emili Morera Llauradó en su obra supuestamente fechada a finales del siglo XIX y que lleva por título "Provincia de Tarragona", expone que debido a la particular climatología de la zona y a que sus cultivos se localizan a 1000 metros de altitud, se obtienen unos tubérculos de gran calidad, conocidos en toda la comarca.
También, José Ruy Fernández en su obra: "Notas Estadísticas e Históricas de la Villa de Prades" fechada en el año 1920, expone literalmente: "su riqueza principal es la patata; la de mejor calidad, y por consiguiente la más apreciada que se recolecta, no solamente en el territorio catalán, sino en toda nuestra península española, pues tiene la propiedad de además de ser toda ella un tubérculo de excelente producción, en cuanto a comestible, es de un sabor exquisito y cualidades harinosas, lo que hace que en todos los mercados se venda a mayor precio que todos sus similares."
Por otra parte, es bien sabido que desde principios del siglo XX hasta los años cincuenta, los comerciantes de las comarcas limítrofes: Ribera d'Ebre, Baix Ebre, Montsiá, Terra Alta, etc., acudían con sus carruajes a cambiar sus productos por la Patata de Prades.
En esta época la variedad que se cultivaba era la bufet groe, variedad autóctona, más tarde se pasó a la Arran Banner. A partir de los años sesenta y setenta, del pasado siglo XX se empezó a trabajar con la variedad Kennebec, que es en la actualidad la única variedad que se cultiva.
Con la perforación de pozos y mejoras en el sistema de regadío, se aumenta considerablemente la superficie cultivable de patata, hasta que a principios de los años sesenta se crea la Cooperativa Agrícola de Prades, con la finalidad principal de comercializar la patata.
En septiembre de 1991 se crea la Denominación Comarcal de Productos Alimentarios de la Comarca del Baix Camp, dentro de la cual se incluye la Patata de Prades, con el fin de fomentar un producto de gran calidad, hecho que ha contribuido en gran manera a dar a conocer este producto por toda España y a preservar su cultivo y mantener su calidad.
Desde 1990 se celebra cada año una fiesta popular de promoción de las Patatas de Prades en la que, dada su importancia, acuden un gran número de personas relacionadas con el sector, consumidores y personas interesadas en los productos alimentarios de calidad. Se organiza la proyección de diapositivas sobre el cultivo y el manejo de dicho tubérculo, además de un concurso de cocina en el que el componente principal es la patata de Prades. Al final todos los asistentes al acto pueden consumir los platos cocinados y así poder apreciar las propiedades culinarias características de la patata de Prades.
Características de la zona de producción de la Patata de Prades.-
Los principales elementos del medio natural que influyen en las características del producto son la orografía (concretamente la altitud), el suelo (factor especialmente importante en un cultivo como la patata) y el clima.
La zona de producción de la IGP Patates de Prades está enclavada en las Montañas de Prades, al sur de la Cordillera Prelitoral Catalana. El conjunto de las Montañas de Prades ofrece una acusada personalidad geográfica.
El pico más alto se sitúa a 1202 metros de altitud. Al este se extiende una cadena corta de picos formando una sierra, entre los cuales nace el río Prades, que riega los campos de cultivo.
Dichos campos de cultivo se sitúan en unos altiplanos, en el interior del macizo, a una altitud de unos 1000 metros. Cabe remarcar que la altitud es un factor importante que influye notoriamente en la buena calidad de la patata, por diversos motivos:
- Desde el punto de vista fitosanitario, no hay prácticamente incidencia de virosis transmitidas por pulgones. Además se reduce muchísimo el número de tratamientos necesarios para el control del mildiu.
- Por otra parte, la altitud influye en el ciclo vegetativo de la planta, el cual es más largo y sólo permite realizar una única cosecha al año.
Los suelos donde se cultivan las Patatas de Prades proceden de la meteorización de rocas eruptivas, granitos y dioritas, las cuales están fuertemente alteradas, originando unos suelos fértiles denominados en la zona como "tapas".
Son suelos, bajos en carbonatos, con un pH ligeramente ácido que baja en profundidad. Los niveles de materia orgánica son bastante altos en superficie y también van bajando con la profundidad. La relación carbono/nitrógeno es alta. En cuanto al contenido de nutrientes, los niveles de sodio y de potasio son bajos, siendo lógico en suelos de pH ácido.
El nivel de fósforo es alto, y los de calcio y magnesio moderados.
El hecho de ser suelos de carácter silíceo con un pH ligeramente ácido es importante ya que el cultivo de la patata se adapta mucho mejor a este tipo de suelos, que a los calcáreos.
Referente a la textura, es franco-arenosa. Se aprecia una proporción muy alta de arenas en relación con limos y arcillas, al tratarse de suelos muy arenosos. Este carácter franco-arenoso del suelo es también muy importante porque contribuye en gran manera a que la piel del tubérculo sea muy lisa y sin malformaciones, lo que nos permite diferenciar claramente las patatas de Prades de las de otras zonas, aunque sean de la misma variedad.
Aunque las Montañas de Prades se sitúan en la región denominada de clima mediterráneo, y se encuentran relativamente cerca del mar (27,5 Km.), hay una influencia continental notoria, debido a su altitud. Se considera pues un clima mediterráneo continental y submedíterráneo, el cual se manifiesta con una gran diversidad vegetal.
La pluviosidad media no es muy alta, alrededor de 700 litros por metro cuadrado y año, con un máximo de precipitaciones en primavera y otoño, y un mínimo en verano e invierno. Los meses más secos son julio y agosto.
Las temperaturas se mantienen bastante bajas, con 10 grados centígrados de media anual. Los veranos son frescos por la influencia de los vientos húmedos procedentes del mar y la persistencia de nieblas.
Cabe destacar que, como consecuencia de estas condiciones climáticas rigurosas y de la altitud en que se encuentran los cultivos (aproximadamente a 1000 metros), el ciclo vegetativo de las plantas cultivadas es mucho más largo que en condiciones normales. En las Montañas de Prades, el cultivo de la patata tiene un ciclo de 6 meses, mientras que en otras zonas de la península donde se cultiva este tubérculo, el ciclo es de 3 a 4 meses. Esta prolongación del ciclo vegetativo de la patatera se traduce en la obtención de unos tubérculos de mejor calidad al tener mayor consistencia y mayor proporción de materia seca en relación con la proporción de agua.
Por otra parte, y también como consecuencia de las condiciones climáticas de esta zona, los tubérculos recolectados se almacenan en locales a temperatura ambiente, por lo que, al contrario que en otras zonas de cultivo, aquí no se hace uso de productos químicos para favorecer su conservación.
Como conclusión, y a modo de resumen, de todo lo anterior se deduce que las condiciones orográficas, climáticas y edafológicas de esta zona, junto con la tradición del cultivo y la experiencia de los agricultores hacen que las Patatas de Prades presenten las características de un tubérculo de calidad superior.