El municipio de Olmedo se encuentra en la provincia de Valladolid, Comunidad Autónoma de Castilla y León. Su término municipal es cruzado por los ríos Adaja y Eresma. Forman parte del municipio las pedanías de San Cristóbal de Matamoros y Calabazas.
Numerosas son las leyendas que a lo largo de la historia han corrido por Olmedo. La primera se refiere al origen de Olmedo, dice que estando los “vacceos” en las proximidades de Olmedo se refugiaron tras una cacería a la sombra de los olmos que en este terreno existían, dando el nombre de Ullmetum (tierra de olmos) a este paraje.
Fue conquistada Olmedo antes del año 1085 por Alfonso VI y repoblada en el 1093 otorgándosele el Fuero de Roa.
En el año 1353 huyendo de su esposa, se refugió en esta población Pedro “el Cruel”, se reunió con María de Padilla, cuya hija adultera Constanza de Lancaster recibió Olmedo a cambio de su renuncia a la corona.
Paso más tarde a ser dominio de Aragón, cuando éste declaró la guerra a Juan II de Castilla. Pero fue reconquistada por Juan II rápidamente.
Olmedo fue corte del infante Don Alfonso en el año 1467, vencido el mismo año por Enrique IV y al año siguiente pasó a poder de la princesa Isabel la Católica.
Había un refrán por esa época que daba cuenta de la importancia de Olmedo. Decía: “Quién señor de Castilla quiera ser, a Olmedo de su parte ha de tener”.
Ha sido cuna de grandes hombres que han contribuido a construir Castilla y España. Aquí han nacidos, entre otros, Juan de Sarmiento, consejero de Órdenes que inició la historia de la Orden de Alcántara; Ignacio Ortega y Cortés, fiscal del Consejo de Órdenes y adicionador de las obras de Diego de Covarrubias;
Sebastián Cortés y Cárcel, camarista de Castilla y comisario general de Cruzada, autor de estimados tratados jurídicos y Fray Bartolomé Ochaita, consejero de Hernán Cortés.
El Ayuntamiento de Olmedo tiene 3.897 habitantes. La localidad antiguamente era conocida como: de los siete sietes. Ya que tenía siete plazas, siete iglesias, siete conventos, siete arcos o puertas de entrada, siete casas nobles, siete fuentes y siete pueblos de su alfoz.
Una visita obligada es el Parque Temático del Mudéjar de Castilla y León, situado a las afueras de la población, junto a la carretera N-601. Sólo por visitar este Parque Temático merece la pena ir a Olmedo. El visitante podrá ver réplicas a escala exacta de los principales monumentos que Castilla y León ha construido a lo largo de la historia.
El Arte Mudéjar es algo más que un símbolo para esta Comunidad de Castilla y León. Es el alma y el color de esta tierra. El Parque es un centro de difusión y promoción del Arte Mudéjar de Castilla y León, además de ser un lugar para el ocio y el descanso. El visitante encontrará zonas de paseo, juegos de agua, dos lagos con vida propia, varios trenes en miniatura que recorren el parque, juegos infantiles, zonas de recreo, etc.
El Parque Temático del Mudéjar quiere ser un lugar de encuentro para poder disfrutar de la historia y el arte de los monumentos a pequeña escala de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Para los amantes de la botánica, en el recinto pueden ver más de trescientas plantas procedentes la mayoría de Castilla y León.
Los monumentos religiosos que el viajero puede visitar son:
Iglesia de San Miguel y Cripta de la Soterraña.- Es la mayor joya artística de Olmedo. De estilo mudéjar, en su interior, en la nave del Evangelio, un magnífico sepulcro, hace patente la convivencia de las tres culturas: islámica, judía y cristiana. Podemos disfrutar de los recursos ornamentales, la decoración de ataurique –motivo decorativo de formas vegetales-, junto con las estrellas de David símbolos del judaísmo, y la belleza de la letra medieval con un texto en cristiano, hacen de este sepulcro una joya cultural.
Sus constructores dejaron en ella los rasgos más significativos del arte mudéjar castellano. El efecto de policromía entre el rojo y el blanco, se remarca con el yeso entre los ladrillos.
También el visitante puede disfrutar de un retablo plateresco atribuido a Gaspar de Tordesillas, En sus tablas podemos ver la pintura flamenca.
Hacia el centro de la nave se encuentran dos esculturas: San Joaquín y Santa Ana, del siglo XVIII.
Avanzando hacia el presbiterio el visitante podrá ver un arco de medio punto y un bello retablo (siglo XVI), en cuya parte central se encuentra una tabla con San Bartolomé.
Ya en el presbiterio hay un retablo barroco (1733-1735), obra del artista Andrés Hernando, en cuyo centro está situada la imagen de uno de los patronos de Olmedo, San Miguel Arcángel, de Juan de Sierra.
Si bajamos las escaleras nos encontramos con la cripta de la Virgen de la Soterraña, lugar destinado a la patrona de Olmedo y su comunidad de villa y tierra. El viajero puede recitar lo siguiente:
Si a la Soterraña vas,
ve que la Virgen te espera
que por esta su escalera
quien más baja, sube más.
Pon del silencio el compás
a lo que bajas pensando
baja y subirás volando
al cielo de tu consuelo
que para subir al cielo
siempre se sube bajando.
(Gabriel y Galán 1894)
En el centro se halla el retablo de la Virgen de la Soterraña (siglo XVIII). En él se hay una escultura de la Virgen de la Soterraña (siglo XIII). La reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, regalaría un manto a la Virgen. El retablo está coronado por cuatro virtudes: fortaleza (columna), esperanza (ancla), fe (mano sobre el corazón y vendada los ojos) y templanza.
En la capillas laterales se ubican dos retablos de Lucas Jordán; en la Capilla del Evangelio se encuentra el retablo de San Bartolomé y en la Capilla de la Epístola hay otro retablo, también de Lucas Jordán, en cuyo centro hay un lienzo que representa a San Jerónimo.
Sobre una de las tribunas ondea el banderín de la Soterraña. La historia de este banderín dice que la hija de una de las familias más ilustres de Olmedo estuvo enferma, la enfermedad es que se enamoró perdidamente de un malandrín, y para que sanase de “su mal de amores” el padre ofreció su escudo a la Virgen de la Soterraña. La hija sanó y desde entonces ondea el banderín.
Iglesia de Santa María del Castillo.- Gótica del siglo XVI. A la entrada tiene una portada románica de la primera mitad del siglo XII, cegada en el año 1720 y un pórtico del siglo XVII. En los soportales se reunían los sexmeros en la Baja Edad Media. A lo largo de los siglos ha habido varias modificaciones.
En el interior destaca el retablo (de mediados del siglo XVII), de Gaspar de Tordesillas. Las tablas relatan la vida de la Virgen. Fueron pintadas por Jacome Pintor, en el año 1550.
En el presbiterio vemos un bello trabajo de tracería gótica en la sillería coral que circunda el sagrario procedente del Monasterio de la Mejorada y un altar barroco.
En una capilla destaca un retablo del siglo XVIII, con pinturas sobre tabla del siglo XVI. Al lado una virgen renacentista con el niño en brazos. Hay también dos buenas esculturas de Santa Águeda, de Pedro de Sierra y San José con el Niño del siglo XVIII.
Bajo el coro se encuentra un relicario donado por Felipe II al Convento de la Mejorada.
Por último citar que al lado de la epístola hay un retablo barroco con pinturas del siglo XVII.
Monasterio de la Concepción.- Fundado en 1516, actualmente es la sede del Museo local de Semana Santa. En su interior conserva un artesonado (siglo XVI) que cubre la nave de la iglesia, una reja románica, pinturas y esculturas. En el exterior tiene un pórtico con escudos de los fundadores y tres esculturas en piedra.
Monasterio de Madre de Dios.- Se estableció en las casas donde vivió Doña Francisca de Zúñiga, quien dos años antes de su muerte (1528) las cedió a una comunidad de dominicas.
La Iglesia barroca que hoy posee sustituyó a la primitiva. Consta de una sola nave, en el retablo mayor hay una escultura de Santo Domingo de Guzmán y una tabla de la Anunciación, de finales del siglo XVI.
Iglesia de San Andrés.- La iglesia es de una sola nave. En el siglo XIV se construye la capilla de San Sebastián. En esta capilla se reunían los hidalgos del llamado “linaje de fuera”. Los del linaje “de adentro” se reunían en la capilla de Santa Catalina en la desaparecida iglesia de San Pedro. En el interior de la capilla se encuentra un sepulcro (siglo XIV) de marcado talante musulmán, con una rica decoración de arabesco.
La torre es de dos cuerpos, y se reforma en el siglo XVII. La iglesia antiguamente se cubría con un artesonado que fue sustituido en el siglo XVIII por una bóveda de cañón.
Iglesia de San Juan.- Es una construcción mudéjar, de una sola nave. La capilla funeraria es de finales del siglo XV, realizada por Juan Guas o algún discípulo suyo.
La capilla se empezó a construir en el siglo XVII bajo las directrices de Mateo Carazo. En el siglo XVIII es reducida para meter la capilla de San Francisco de Paula.
El retablo se realizó en el año 1806.