Las Mantecadas de Astorga tienen una antigüedad de más de 200 años. Los obradores actuales siguen manteniendo la receta y la elaboración tradicional basada en ingredientes naturales: harina de trigo floja, huevos de gallina, mantequilla de vaca, manteca de cerdo y azúcar común.

El proceso productivo de las mantecadas es el mismo que hace 200 años. Primero se baten los huevos con el azúcar. Cuando el huevo se esponja se añade la harina y se sigue batiendo. Por último se le añade la mantequilla  de vaca o de cerdo, que previamente se ha batido.

Por último la masa se introduce en las tradicionales cajitas de papel (sus medidas son: 5,5 cm. de lado por 2 cm. de alto), elaboradas a mano (lo que ha dado lugar a un oficio típico de Astorga, el de las cajilleras) y se hornean hasta que las mantecadas adquieren su color tostado típico. La superficie de la cubierta de la mantecada es firme, dorada y curvada con granos de azúcar en el centro. La textura de la mantecada es suave y esponjosa,  con un característico sabor que la hacen inconfundible. Ideal para acompañar cualquier tipo de café, infusión o un buen chocolate a la taza.

Al ser los ingredientes de las Mantecadas de Astorga de origen natural tienen una fecha de caducidad muy corta. Una vez abierto el envase se conservan aproximadamente:

• 60 días, para las mantecadas elaboradas desde el 1 de octubre al 31 de marzo.
• 45 días, para las elaboradas desde el 1 de abril al 30 de septiembre.

Características organolépticas de las Mantecadas de Astorga.

La superficie de la cubierta de las mantecadas será firme, dorada y curvada, con presencia visible de granos de azúcar en el centro. La cajilla deberá separarse fácilmente de la mantecada, pudiendo quedar migas tostadas adheridas y no deberá aparecer empapada en grasa. La masa de la mantecada en su interior será blanda y esponjosa, con numerosos alveolos de pequeño tamaño, distribuidos uniformemente. La coloración de la miga de la mantecada será amarilla, debido a la mantequilla y al huevo empleado en su composición. El sabor de la mantecada será eminentemente dulce, destacando de modo especial los gustos y aromas a mantequilla y huevo; deberá detectarse al masticar el azúcar de la superficie. El componente graso de la mantecada aportará en boca una cierta sensación de humedad, que refuerza lo esponjoso del producto. La miga será suave y resbalará en el paladar.