El municipio de Los Realejos se encuentra situado al norte de la isla de Tenerife, en el Valle de La Orotava, provincia de Santa Cruz de Tenerife. Una de las mejores vistas del Valle de la Orotava se encuentra en el mirador del Lance. Aquí está la escultura del mencey Bentor. Este "rey" guanche prefirió arrojarse al precipicio antes que entregarse a los conquistadores castellanos.
El primer cultivo introducido en la zona fue la caña de azúcar, luego le siguieron el cultivo de viñedos, barrilla (para extraer sosa) y cactus de la cochinilla. Dadas las buenas condiciones climáticas y la fertilidad de los suelos se fueron introduciendo nuevos cultivos a lo largo de los años. Hoy la agricultura es una actividad económica muy importante (viñedos, plátanos, papas y flores). Cada vez tiene más importancia el sector servicios gracias al turismo.
Aquí, en Los Realejos, tuvo lugar la rendición de los aborígenes de la isla de Tenerife a los conquistadores llegados de la Península Ibérica. Fue en el año 1.496.
Por la posición que ocupaban el ejército castellano y el guanche, se formaron dos poblaciones. Los castellanos ocupaban el Realejo de Arriba y los aborígenes -los guanches- el Realejo de Abajo. En el siglo XIX se formaron dos ayuntamientos y así siguieron hasta el 6 de enero de 1.955 en que se juntaron y se creó un solo municipio: Los Realejos (37.658 habitantes). Para el visitante decirle que lo mejor es callejear por sus calles y plazas, sobre todo por el centro urbano del Realejo Bajo.
Por su gran pasado, Los Realejos posee un gran patrimonio histórico-artístico. Eso se debe a los comerciantes y a la iglesia. Los edificios religiosos y civiles más importantes son:
La Iglesia de Santiago Apóstol (1.496). Fue el primer templo cristiano construido de la isla de Tenerife. Desde 1.983 es Monumento Histórico Nacional. En su interior podemos contemplar la pieza artística más antigua del Valle de la Orotava: el Tríptico de Santiago (siglo XVI).
La capilla mayor se terminó de construir en el año 1.667. A lo largo de los años se fueron añadiendo cuerpos y se finalizó en el año 1.770 con la inauguración de la torre. Hoy todo un símbolo de Los Realejos.
Además del Tríptico, otras joyas artísticas se encuentran en su interior, como el retablo de El Nazareno, pinturas y piezas de orfebrería, destacando una Cruz de filigrana del año 1.677.
La Iglesia de la Concepción está en el Realejo Bajo. Primeramente fue ermita, la iglesia se edificó entre los años 1.697 y 1.701. En el año 1.978 un incendio la destruyó por completo. Se pudieron rescatar dos imágenes marianas: la de Ntra. Sra. del Rosario y la Dolorosa y algunas piezas de orfebrería como la custodia franciscana de plata sobredorada y una Cruz procesional. También se salvaron del incendio las puertas de cantería. Se abrió al culto en el año 1.993.
Las escalinatas del costado norte conducen a unos jardines donde se encuentran los llamados Dragos gemelos.
La Iglesia de Ntra Sra. del Carmen (1.955), se levanta en un solar en el que estaba el convento de agustinas recoletas de San Andrés y Santa Mónica. Este desapareció en un incendio. La iglesia se construyó para venerar la imagen de la Virgen del Carmen, Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Los Realejos y Patrona del Valle de la Orotava.
Otras Iglesias Parroquiales son las de la Santa Cruz (siglo XVIII), que se encuentra en la Cruz Santa y la de Ntra. Sra. del Buen Viaje (siglo XVIII).
Varias son las Ermitas diseminadas por el término municipal, como la de San Sebastián, en la que se venera la imagen de San Sebastián, se incendió en 1.885 y se reconstruyó años más tarde; la modesta Ermita de Ntra. Sra. de los Dolores; la de Guadalupe (sigloXVII); la de San Vicente Mártir; la de San Pedro Apóstol; la de Ntra. Sra. del Socorro (siglo XVII); la Concepción; San Benito; San Ildefonso y Ntra. Sra. de Lourdes.
El edificio civil más emblemático es la Hacienda de Los Príncipes. Fue la residencia del conquistador de la isla de Tenerife, don Alonso Fernández de Lugo –el Adelantado- cuando pasaba largas temporadas en esta parte de la isla. Aquí construyó un ingenio de caña de azúcar. Destacan los jardines. La propiedad es privada.
ña Benita, las Cuatro Ventanas -hoy es un hotel rural-, El Socorro, la Torre, Ruiz, la Era, la Pared, el Cuchillo, la Coronela, el Jardín, la Rambla de Castro, etc. Todas ellas convierten a Los Realejos en el mejor exponente de haciendas canarias del Archipiélago.
Edificios civiles a tener en cuenta en Los Realejos son el Casino, la vivienda llamada el Castillo (1.862), el Cine Viera, la casa natal de Viera y Clavijo, la Casa de doña Alfonsina, la de doña Balbina, la de la familia Siverio, la Casa Delia, la de don Antonio Hernández, las Casas de la familia Espinosa y el antiguo Colegio San Agustín.
En la costa, cerca de la Hacienda Rambla de Castro, se encuentra el Fortín de San Fernando, una pequeña construcción defensiva que sirvió para defenderse de los piratas y corsarios que llegaban por el mar.
Enfrente de la Iglesia de Santiago Apóstol está la Biblioteca. Hasta hace pocos años en este edificio se encontraba el Ayuntamiento de Los Realejos.
Como curiosidad para el visitante, en la calle Travesía El Pino, se encuentran ejemplares de barbuzanos y pinos centenarios de gran porte.
Donde confluyen las calles del Medio y la Cruz Verde se puede ver el Drago de San Francisco, que después del Drago de Icod de los Vinos, es el más bello de las Islas Canarias. El visitante puede disfrutar de la magnífica panorámica del Valle de la Orotava y del Teide. Desde el Mirador de San Pedro se tienen magníficas vistas , se llega por la Autovía del Norte. Cerca de este mirador está la Ermita de San Pedro (s. XVIII), también con magníficas vistas. Y desde el Mirador de la Corona el visitante puede extasiarse con la grandiosidad del océano y la belleza del Valle. Para los amantes del parapente y el vuelo libre, este es uno de los mejores sitios canarios para practicarlos.
De Los Realejos era natural el ilustre polígrafo canario José de Viera y Clavijo (1.731-1.813).
En todo el término municipal hay senderos que permiten la práctica del senderismo y el disfrute del entorno natural.
Se vaya por donde se vaya siempre está presente el océano Atlántico. La costa de este municipio es de gran belleza y sus playas de arena negra invitan al baño y a los deportes náuticos como el surf, el bdyboard, etc. La playa de El Socorro es perfecta para la práctica del surf, por ello goza de gran fama en Europa. Las otras playas para descansar y darse un baño son: la de Castro, La Fajana y Los Roques.
Si le gusta la pesca deportiva y el submarinismo las piscinas naturales del Guindaste son un sitio perfecto para practicarlos.