La historia de la variedad arbequina se remonta
al Rey Jaime I que fue quien la trajo a Cataluña
tras la conquista de Mallorca a los musulmanes.
Uno de sus súbditos feudales, el Señor de Arbeca,
fue el primero que plantó en sus feudos el citado
olivo por sus innegables ventajas.
Posteriormente el Conde De Bessacout,
gobernador de Lleida promocionó el cultivo
de esta variedad en la comarca de Les Garrigues.
La característica que mejor define
a la zona de producción es sin duda su terreno seco.
El secano y la tierra enjuta determinan el paisaje
y el hombre. La comarca posee un clima bastante
duro (la temperatura oscila entre mínimas de –2º
C y máximas de 24º C) y continental, que sólo permite
la existencia de una vegetación xerófila mediterránea,
semejante a la que domina en el resto de las bajas
llanuras del río Ebro medio. Hoy, después de
cientos de años de trabajo humano, y siempre que
el terreno lo ha permitido, se han aprovechado los
afloramientos de bancos rocosos para hacer los márgenes
de piedra que sostienen los bancales. La anchura
varía considerablemente según la pendiente; los
bancales más estrechos tienen escasamente de dos
a tres metros, y sólo permiten el crecimiento de
una fila de árboles.
El río más importante
de la comarca es el Set, que nace en el centro
de la sierra La Llena yque riega Cervià, L’Albagés y Cogul. Permanece
seco la mayor parte del año, y cuando su cauce se
llena de agua de lluvia se transforma en un torrente
impetuoso. Al igual que el río Juncosa, que transcurre
por Juncosa, El Soleràs, Granyena,
camino de Torrebesses. Si el Set es
seco, el Juncosa mucho más.
Les Garrigues es, pues, una comarca permanentemente
seca (con lluvias escasas) que ya se ha adaptado a los caprichos de
la naturaleza. El cultivo más importante que define
el terreno es, sin lugar a dudas, el olivo. El número
de árboles por hectárea es de 100 a 120 y el cultivo
se ve condicionado por las dimensiones de los bancales
en los que se asienta el olivar. Hoy en día se está
imponiendo en las nuevas plantaciones el riego por
goteo.