El Parque Natural de las Hoces del río Duratón está situado al noroeste de la provincia de Segovia, muy cerca de la localidad de Sepúlveda. Las hoces forman un recorrido sinuoso y en algunos lugares, el río se ha encajado en un profundo cañón que en algunos sitios el desnivel alcanza más de 100 metros.
La vegetación característica de las zonas superiores de las Hoces está formada por bosques poco densos de sabina, matorral de tomillo y aulaga. El fondo de las Hoces es rico en alisos, sauces, olmos, álamos y chopos. También hay pino de repoblación.
Foto de Teresa García Arranz
De entre la fauna, el río mantiene una importante población de barbos, carpas, bogas y truchas.
Ahora bien, la especie por excelencia de este entorno son las aves rapaces como el buitre leonado con una importante colonia, el halcón peregrino y los alimoches.
También tienen aquí su hábitat el cernícalo vulgar, el águila real, el águila calzada, el azor, el ratonero, el milano negro y real, el alcotán y el búho real, así como importantes colonias de grajilla, chova piquirroja, aviones, lavanderas, ruiseñores, collalbas, roqueros, currucas, herrerillos, carboneros, alcaudones, escribanos y la alondra de Dupont.
Los mamíferos están representados por el tejón, la nutria, la garduña, la comadreja, el zorro, la liebre y conejo. En nuestro caminar por el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón también podemos encontrar el lagarto ocelado, la lagartija colilarga, la culebra bastarda, la culebra de escalera, la culebra viperina, la rana común, el sapo partero y el sapo común.
Existen abundantes restos arqueológicos, pinturas rupestres y tumbas neolíticas. La ermita de San Frutos Pajarero, patrón de Segovia, está situada sobre el embalse de Burgomillodo. Cuenta la tradición que la hendidura que aísla la ermita fue provocada por una cuchillada de San Frutos para salvar a un grupo de cristianos que eran perseguidos por musulmanes. Desde esta ermita tenemos una visión magnífica de las Hoces.
El río Duratón discurre por un trazado sinuoso y de profundas hoces. Sus paredes sobrepasan los 100 metros de altura. Invitamos al viajero a que haga senderismo: el paisaje es precioso y la avifauna es abundante. Es conveniente llevar prismáticos para observar el vuelo de las diferentes rapaces.
Seguir a Cerespain en Facebook
Seguir a Cerespain en Twitter
