Ya en la antigüedad, L.J. Moderato Columela,
en su obra "Los doce libros de Agricultura"
recomienda la variedad Moscatel por sus grandes
cualidades. La identifica como generosa y fecunda
en terrenos difíciles, de fruto temprano
y de jugo dulce. Dado su dulzor si no se cogen tempranas
sirven de alimento a las abejas de ahí ha
tomado el nombre también de apianas.
En tiempos de los Godos (siglo IV), la Bética,
y principalmente la parte del Reino de Granada,
se encontraba en un momento muy floreciente en la
producción de pasas, vino, higos, aceite,
etc. Estos productos eran la base de su comercio
con Italia y el norte de África.
El
cultivo de la vid experimentó una cierta
expansión en la época Musulmana.
Así lo relata Abad Al Rahman III en su campaña
contra Ibn Hafsun en la que nos informa accidentalmente
de la existencia de viñedos en toda la Axarquía malagueña (en torno a Bobastro,
Santopitar, Jotrón
y Colmenar), en la zona de Córdoba,
Jaén y Granada, lugares muy
conocidos por sus producciones de pasas Moscatel.
En
esa época, especialmente en el periodo Nazarita,
coincidiendo con la apertura del estrecho de Gibraltar al comercio marítimo de los mercaderes italianos
que se desplazaban hasta Inglaterra y Flandes, se
estimuló notablemente la producción
agraria del Reino Granadino cuyos productos
(pasas, higos y almendras) altamente rentables eran
destinados a un consumo de lujo en el Norte de Europa.
Existen
testimonios como el del geógrafo oriental
Ahamad Al-Razi de que en Málaga se
preparaban las mejores uvas pasas del mundo y se
conservaban largo tiempo.
Las
referencias se han ido sucediendo a lo largo de
los siglos, y no hay viajero o visitante a la provincia
que no aluda a la importancia y relevancia de las
Pasas de Málaga, así el escritor
de cuentos Hans Christian Andersen, que estuvo
en Málaga en el otoño de 1862, y que
dejó escrito en su obra "En España"
"...como en las lomas , en donde el sol
cae pero no cae el rocío de la noche, se
extendían las uvas moscatel para que se convirtieran
en pasas".
La citada variedad Moscatel (si bien ya se conocía
en zonas de Andalucía en la dominación Musulmana) se introduce de forma clara en
Europa en el siglo XVII o principios del
XVIII y se desarrolla por la cuenca Mediterránea
de forma muy dispersa. Esta variedad se cultivaba
a finales del siglo XIX en toda Andalucía,
no obstante después de la plaga de la filoxera
en nuestro país tan solo se mantiene el cultivo
de forma destacada en la provincia de Málaga donde alcanza el 74% de la superficie de viñedo,
adaptándose con singulares características
por las condiciones relativas a suelos y climatología.
Esta
última aptitud es la que ha identificado
principalmente a la variedad Moscatel con la provincia de Málaga durante los siglos XIX y gran
parte del XX, manteniéndose en la actualidad
por su singular proceso de secado mediante el tendido
de la uva para su exposición al sol en los
denominados paseros, que se identifican como una
superficie de terreno donde se extiende la uva para
su pasificación.
El
vocablo "PASAS" que identifica
nuestro producto proviene del verbo latino "Pandere"
que se traduce por la palabra castellana "tender";
"passum" es supino de dicho verbo
"pandere", de ahí "pansum"
de donde "pansum" y "pansas",
y, por ley fonética fue debilitándose
el sonido central "n" hasta desaparecer,
como tantas otras modificaciones de palabras latinas
castellanizadas y así se obtuvo "PASAS".