La Sierra de Gata se encuentra en el extremo
noroccidental de la provincia de Cáceres,
limitando con la provincia de Salamanca. La pintoresca topografía bien merece hacer un viaje
por estas tierras cacereñas.
El
viajero encontrará mucha montaña, con muchas curvas
en las carreteras, y una vegetación generosa, compuesta
por robles, castaños y pinares producto de la repoblación
de los montes. En los valles y laderas es frecuente
ver frutales y olivos en terrazas. Los pueblos se
encuentran en las laderas de las montañas. Si la
naturaleza es generosa no digamos la flora y la
fauna. La cámara de fotos y los prismáticos son
imprescindibles.
El
viajero debe saber que las gentes que pueblan estas
sierras se expresan de una forma especial. Sa
Martin de Trevellu (San Martín de Trebejo), As Ellas (Eljas) y Valverdi do
Fresnu (Valverde del Fresno) así llaman
a las localidades de este
valle sus habitantes en el curioso y singular dialecto
de la "Fala". Sus orígenes,
hoy todavía discutidos, emanan del Galaico-Portugués
o Astur-Leonés. Lengua transmitida de forma
oral, de generación en generación, se encuentra
hoy plenamente viva al ser la manera usual de comunicación
entre las gentes del lugar. Hay incluso matizaciones
entre la forma de hablar de unos pueblos y otros:
así en Sa Martín se habla (“fala”)
"mañegu", en As Ellas "lagarteiru" y en Valverdi "valverdeiru".
Comenzamos
nuestra ruta por la Sierra de Gata en Valverde del Fresno, su municipio hace frontera con Portugal. De
su arquitectura destaca, sobre todo, la Iglesia
de Nuestra Señora de la Asunción. Si nuestra
visita coincide con la festividad de San Blas (3 de febrero) veremos por sus calles y plazas,
a grupos de jinetes a caballo.
A
continuación se encuentra el pueblo de Eljas.
Tiene un tortuoso casco urbano, con calles estrechas
y pronunciados desniveles debido a lo abrupto del
terreno donde se asienta
Se ofrece como magnífico balcón natural sobre la
campiña. Entre sus Ermitas destaca la Divina
Pastora, situada a unos 3 kilómetros en dirección a San Martín de Trevejo y ubicada en el bello
paraje del Valle de la Vega.
El
siguiente pueblo que visitaremos es San Martín de Trevejo. Un bello lugar gracias a su belleza
paisajística. La localidad está declarada “Bien
de Interés Cultural”, aquí, podemos admirar
su Plaza Mayor porticada con el Ayuntamiento
y la Torre-Campanario de la Iglesia de San Martín
de Tours.
Proseguimos
nuestra ruta por la carretera local que discurre
entre frondosos bosques de robles y castaños, y
llegamos a Villamiel el pueblo más alto de
la comarca (733 m) rodeado de huertos, junto a viñas
y olivos. De su trama urbana destacan algunas calles
de antigua belleza y viviendas señoriales como el
Palacio del Deán José de Jerez, del siglo
XVII o el Rollo. Pero el edificio más importante
es la Iglesia Parroquial de la Magdalena.
Desde Villamiel recorreremos el corto trayecto
que lo separa de la pétrea e inigualable aldea de Trevejo. Declarada bien de interés cultural,
la aldea se asienta a los pies del airoso castillo.
Volvemos
sobre nuestros pasos y nos dirigimos a Hoyos. La localidad aún conserva
signos en casas y escudos de una época (sobre todo
de los siglos XV y XVI) en que los obispos de Coria
y familias veraneaban en la localidad.
Son famosos sus bordados pudiéndose adquirir encajes de bolillos y ganchillo.
Seguimos
nuestra ruta y llegamos a Villasbuenas de Gata,
"el pueblo de las siete villas"
pues según cuenta la tradición, fue destruido por
los musulmanes y vuelto a reconstruir por los cristianos
en siete ocasiones.
Una
de las viviendas con mayor interés es la que se
encuentra en las traseras del templo parroquial
de Nuestra Señora de la Consolación y conocida
como la "casa de la mujer panzuda"
en alusión a una figura tallada en una de sus ventanas.
Santibañez el Alto, con su estratégica ubicación, sobre todo de su Castillo,
ofrece al viajero una de las más hermosas panorámicas
de la comarca, en la que se incluye el embalse del
Borbollón.
Dejamos
esta localidad y nos adentramos más en la Sierra
de Gata, llegando a la localidad de Torre de Don Miguel con su bien conservada arquitectura
tradicional serrana. Un laberinto de calles angostas
semioscurecidas por los voladizos de sus tejados,
crea un ambiente que nos evoca un pasado islámico.
El
primer domingo después de Pascua de Resurrección,
en la Plaza Mayor se celebra el Baile
del Capazo, que, como en otras localidades serranas,
marca el fin de la campaña de la recogida de la
aceituna.
Y
por último llegamos a la villa de Gata, la
cual da nombre a esta Sierra. El casco urbano
muestra una arquitectura tradicional bien conservada,
destacando sobre ella el sólido templo Parroquial
de San Pedro.
Su Plaza Mayor con soportales es un lugar
de encuentro, de intercambio de noticias y de mercadillos
semanales.
Un centenario y robusto cedro jalona el lugar donde
se encuentra la Ermita del Humilladero y
el singular Jardín Botánico que acoge a una
variada y exótica flora.
La
cocina de la ruta es sencilla pero enormemente sabrosa.
Una gastronomía basada en la huerta, el cabrito,
las matanzas del cerdo con sus embutidos, los quesos
de la zona, la caza, los peces de sus ríos, la miel,
el polen, las castañas… y el Aceite de Oliva.
La Sierra de Gata forma parte de la zona de
producción de uno de los aceites mejores de España.
Se comercializa con la etiqueta de calidad de la Denominación de Origen Gata-Hurdes.
Tiempo
para realizar la ruta: 2 días.