El cochinillo es un plato típico de la provincia de Segovia... que
cualquiera en su casa puede preparar.
Dependiendo de los comensales
ponemos un cochinillo entero o la mitad. Se compra ya limpio
y preparado para meter en el horno.
También
se puede sustituir la manteca de cerdo por aceite de oliva virgen
extra con Denominación de Origen. Aunque recomendamos
la manteca blanca de cerdo, le da un gusto exquisito.
Primeramente
machacamos bien los ajos, con un poquito de sal, y mezclamos
bien con la manteca de cerdo. Salamos el cochinillo por todas
partes y a continuación embadurnamos (con la mano) bien
el cochinillo con la mezcla de ajos y manteca.
En
una fuente (o la bandeja del horno) suficientemente grande para
que quepa el cochinillo, ponemos hojas de laurel. Colocamos
el cochinillo en la fuente, panza arriba. Añadimos el
vino blanco y un poquito de agua. Metemos todo en el horno que
previamente hemos calentada durante 10 minutos. Mantenemos todo
metido en el horno durante una hora a 200º. Cada poco vamos
rociando el cochinillo con los jugos que vaya soltando, como
consecuencia de la cocción.
A
la hora le damos la vuelta al cochinillo y lo metemos otra vez
al horno durante una hora y media como mínimo. Seguimos rociándolo cada
poco con el jugo que suelta y si éste no es suficiente,
añadimos agua. No es bueno que se quede seco. Es conveniente
que pinchemos con un tenedor la piel del cochinillo para que
no se formen bolsas de aire.
Finalizado este tiempo se puede interrupir el proceso hasta un máximo de 48 horas.
El proceso se complementara durante otros 30 min. de horno. Hay que estar pendientes por si hay que proteger alguna parte -orejas, patas y rabo- se quema. Una vez que la piel se ponga dorada y crujiente se considera que el cochinillo está asado, si no es así se le dejará hasta que alcance el aspecto anteriormente comentado.
Se
sirve en la mesa caliente, en la misma fuente y troceado. El
vino perfecto para acompañar este plato es un tinto de
la Denominación de Origen Ribera del Duero.
