Es uno de los postres más típicos y famosos de Asturias.
Lavamos muy bien el limón y pelamos procurando que no lleve lo blanco de la piel, ya que amarga el postre, y uno o dos palos de canela. Si te gusta mucho la canela como a mi hija Ana pues dos palos.
Calentamos en una cazuela la leche a fuego medio. Cuando rompa a hervir retiramos la cazuela del fuego y añadimos la piel de limón y los palos de canela. Dejamos reposar 5 minutos.
En otra cazuela ponemos el arroz con el agua con una pizca de sal. Es importante ponerle la sal. En cuanto el arroz haya absorbido toda el agua retiramos la cazuela del fuego. A continuación añadimos el arroz a la cazuela donde está la leche y una copita de anís. Ponemos la cazuela a fuego suave. Y vamos removiendo todo con una cuchara de palo o, mejor aún, con unas varillas de batir huevos. Con esta acción lo que hacemos es que todos lo sabores se mezclen bien.
Tiene que estar una hora cociendo lentamente así la leche se va evaporando y el arroz va soltando el almidón. Una vez cocido procedemos a retirar los palos de canela y la piel de limón. Seguidamente añadimos el azúcar, que sea al final, para evitar que se pegue al fondo de la cazuela.
Preparamos unas cazuelas o cuencos individuales y vamos llenándolos con el arroz con leche. Dejamos reposar 20 minutos.
Antes de servir el arroz con leche echamos por encima la mezcla de azúcar y la canela. Con la ayuda de una pala de quemar o un soplete quemamos la mezcla formando una costra. ¡Listo para comer!