Poner el bacalao en remojo en abundante agua fría 36 horas antes de cocinarlo, cambiándole el agua varias veces.
Escurrimos el agua y lo desmigamos procurando quitarle las espinas y pieles. Reservamos.
En una fuente ponemos a remojo las migas de pan junto con el vaso de leche templada. Cuando esté blanda, escurrimos bien la leche sobrante y añadimos el bacalao desmigado. A continuación añadimos los dos huevos y mezclamos bien todo.
Vamos formando las clásicas bolitas tipo albóndiga, pero que no queden redondas que queden un poco alargadas. Las pasamos por harina y a la sartén para freírlas. La sartén tiene que tener abundante aceite de oliva virgen extra y tiene que estar muy caliente. Cuando estén doradas las vamos pasando a una cazuela.
Con todas las albóndigas de bacalao fritas en la cazuela añadimos un poco del aceite donde hemos frito las albóndigas y añadimos agua hasta cubrirlas. Ponemos por encima el perejil picado y los dientes de ajo picados y al fuego. Añadimos también la hoja de laurel y tenemos las albóndigas cociendo a fuego suave unos 10 minutos, hasta que la salsa esté unida o trabada.
Probamos la salsa, rectificamos de sal, si es necesario, dejamos reposar unos 5 minutos y a la mesa. Podemos poner en una salsera un poco de salsa de tomate por si algún comensal quiere añadir.
Recomendamos acompañar este plato con un vino blanco de la D.O.P. Rueda.
