La Rioja se encuentra situada en la cuenca del río Ebro, extendiéndose entre la cordillera Ibérica al sur, y el río Ebro al norte.
La Comunidad Autónoma de La Rioja, limita al norte con Álava y Navarra, al sur con Soria, al este con Navarra y Zaragoza y al oeste, con Burgos.
Reparte su territorio entre dos regiones naturales:
La primera y más baja, es una tierra de ribera situada por debajo de los 600 m. de altitud, paralela al río Ebro, sobre terrazas terciarias, tierra de viña y de cultivos agrícolas donde reside el 80% de la población.
La segunda a partir de los 600 metros de altitud, región montañosa que limita al sur con tierras sorianas y burgalesas en las cumbres del Sistema.
La superficie acogida a la Denominación de Origen Protegida Queso Camerano ocupa 407.149 hectáreas, caracterizadas por una riqueza en cuanto a calidad y cantidad de pastos, sin olvidar los subproductos agrícolas derivados de esta actividad, que en los valles de La Rioja es muy importante.
Desde el punto de vista geológico los terrenos datan como pertenecientes a las eras terciarias (Mioceno y Oligoceno) y cuaternarias (amplias zonas aluviales) y su litología se halla dominada por las condiciones sedimentarias del borde del valle del Ebro durante el Oligoceno y el Mioceno, afectadas por los procesos erosivos del Cuaternario. Así, el cuadrante suroccidental es de neto dominio del Oligoceno, cuyas rocas principales figuran entre las más resistentes a la erosión.
La Rioja entera queda bajo el dominio del clima mediterráneo. El mes más frío es enero. La temperatura media en verano, no supera los 20º C.
En cuanto a las precipitaciones, los meses más lluviosos son mayo-junio – noviembre y diciembre, coincidiendo la menor precipitación en los meses estivales.
Las zonas más húmedas se localizan en torno a la Sierra de la Demanda, donde las influencias atlánticas se dejan sentir con mayor fuerza.
En cuanto a la nieve, las primeras nevadas suelen ocurrir en el mes de octubre, llegando a producirse las últimas en el mes de mayo.
Las características climáticas de la zona de producción proporcionan una riqueza vegetal de pastos naturales y arbustivos de gran valor forrajero, que imprimen a la leche unas características que repercuten directamente en su sabor, materia grasa, proteína, azúcar y sales minerales y que por tanto otorgan al Queso Camerano sus aspectos sensoriales.
De oeste a este, los ríos de la zona son: Oja, Najerilla, Iregua, Jubera-Leza, Cidacos y Alhama-Linares que vierten sus aguas al río Ebro. La mayor parte de ellos presentan unos regímenes hidrográficos típicamente mediterráneos, con unos mínimos localizados en agosto-septiembre, y unos máximos que generalmente suelen coincidir con los meses de marzo, abril y mayo, para volver a aumentar el caudal en el otoño.
Los pastos ocupan una gran extensión de La Rioja y poseen un alto valor económico, ecológico y social. Los pastos no son sólo fuente de riqueza y, por tanto, de fijación de familias en su entorno; presentan otras ventajas como su aportación paisajística, la biodiversidad y el papel en la conservación del suelo, entre otras.
Se pueden diferenciar dos tipos de pastos: pastos de origen agrícola y pastos naturales. Su distribución depende del tipo de terreno y su altitud.
Las zonas con erosión de suelo y fuertes pendientes son ocupadas por carrascales que cuentan con un estrato arbustivo desarrollado.
Se puede diferenciar entre pastos arbustivos de alta montaña y los pastos arbustivos seriales o de sustitución.
Los pastos arbustivos de alta montaña son comunidades climácicas que se sitúan en la zona de cumbres donde no es posible la existencia de vegetación arbórea. La vegetación está formada principalmente por enebrales rastreros, biercolares y brezales de montaña.
Dentro de los pastos arbustivos seriales de bajo nivel evolutivo, se observa un claro predominio de brezales de montaña, aulagares y jarales.
La cabra es la especie animal más capacitada para aprovechar tanto los recursos pascícolas como los restos de cosechas y gracias a su capacidad ramoneadora puede penetrar en zonas de difícil accesibilidad imposible a otras especies (ovejas y vacas). Es capaz de aprovechar tanto pastos arbustivos que suponen un porcentaje importante de los pastos naturales como los sotobosques de quercinias y frondosas, muy abundantes en La Rioja.
Origen histórico del Queso Camerano.-
La Sierra de Cameros, lugar donde nació el queso Camerano, es una de las zonas rurales más deprimidas económicamente de La Rioja.
Es una zona con duras condiciones climatológicas, escasas y mal repartidas precipitaciones, temperaturas rigurosamente frías en invierno y calurosas en verano, con primaveras y otoños cortos y frecuentes heladas tardías.
Esta era, antiguamente, una zona con abundante ganadería caprina en régimen extensivo y con transterminancia entre los valles y la sierra, como ya recoge Enric Canut (1988) en “Manual de Quesos, Queseros y Quesómanos”.
Pero el intenso despoblamiento, la prohibición durante mucho tiempo del pastoreo de cabras en áreas de repoblación y la tendencia a sustituir la cabra por la vaca hizo descender este tipo de ganadería.
La leche de estas cabras constituía la materia prima para la elaboración del Queso Camerano, pues originariamente y sobre la base de una economía de subsistencia, las familias serranas disponían de alguna cabra para el consumo de leche familiar, transformando en queso la leche sobrante.
El tiempo que las cabras estaban en el valle también eran ordeñadas y esa leche si no se vendía se transformaba en queso.
El consumo de este queso se hacía principalmente en fresco, pero para prolongar la vida del producto se introducía éste en aceite o bien se favorecía un proceso de maduración.
La venta de queso no tuvo un mercado propio, era recogida por unos intermediarios a los que se les llamaba hueveros o cabriteros. Estos, una o dos veces por semana tras recoger todos los productos, los trasladaban a los mercados tradicionales de la capital.
El queso Camerano ha tenido fama desde hace siglos y ya en la vida de San Millán, escrita por Gonzalo de Berceo, éste sabía de su valor:
Unas tierras dan vino, en otras dan dineros,
En aguna Çevera, en alguantas carneros,
Fierro traen en Alava e cunnos de azeros,
Quesos dan en ofrendas por todos los camberos.
En la publicación “Por las cocinas de Cameros” de Luis Vicente Elías y Erhard Rohmer publicada por el Instituto de Estudios Riojanos, se puede leer que la importancia y valor del queso se refleja también en algunos impuestos que se pagaban a los señores de los Cameros y que se hacían en queso.
La elaboración de queso de cabra en estos lugares fue una práctica habitual lo mismo en la época medieval, que en la moderna, debido al carácter autosuficiente de los monasterios. Esta circunstancia hizo que durante el siglo XVI y XVII se registraran frecuentes pleitos entre los propietarios de viñedos en la zona de Haro y los propietarios de cabras (no sólo monjes), dado el carácter destructivo de este tipo de ganado para ciertos cultivos.
Al final de la década de los 60 y primeros de los setenta, se produce un éxodo de la sierra hacia el valle, esto unido a la prohibición de pastar en los bosques repoblados.
Todas estas circunstancias hicieron que la cabaña caprina descendiera y como consecuencia también la fabricación del queso.
Con la creación de la D.O.P. Queso Camerano la actividad ha aumentado y nueva gente se ha incorporado a las ganaderías y queserías.