La zona de producción de la leche y de elaboración y maduración del queso Mahón-Menorca coincide con la isla de Menorca, la segunda isla del Archipiélago Balear, siendo a su vez la más oriental y septentrional.
El origen histórico del Queso Mahón-Menorca.-
Debido a las condiciones del terreno y al clima, en especial a la influencia de los vientos, la ganadería ha tenido en Menorca siempre más importancia que la agricultura.
Los antiguos navegantes griegos conocían la riqueza ganadera de la isla de Menorca a la que denominaban Meloussa -tierra de ganado-. Hay constancia documentada de la elaboración de queso en el siglo V, por la carta encíclica del Obispo Severo del año 417, que se conserva en la Biblioteca Vaticana, así como de un importante comercio de este producto desde la Edad Media, con otros puntos del Mediterráneo. Desde el siglo XV, la sociedad comercial de los hermanos Datini de Lucca (Toscana), extendió sus redes a la isla de Menorca, donde enviaban mercaderes para comprar lanas y quesos.
La primera dominación británica (1713-1756) dio un gran impulso a la ordenación pecuaria y a la producción de queso en la isla de Menorca. El gobernador Kane importó vacas, puso en práctica una política encaminada a mejorar los pastos y favoreció la producción y exportación quesera.
Durante el siglo XVIII el puerto de Mahón se incorpora como eslabón en el comercio de Oriente, entre Gibraltar y Malta. Las autoridades militares al relacionar las exportaciones de queso menorquín añadían “Mahón” para indicar el puerto de procedencia, con lo cual -si bien el producto era, y es, elaborado en toda la isla de Menorca- fue adquiriendo la denominación Queso Mahón con la que hoy se conoce.
La zona de producción del Queso Mahón-Menorca.-
La isla de Menorca tiene una extensión aproximada de 689 Km2, distinguiéndose dos zonas: la tramontana, al norte, más abrupta y el “migjorn”, al sur con relieve más suave y homogéneo, aunque con presencia de barrancos más profundos. La cota máxima de la isla se encuentra en el Monte Toro de 358 m de altitud.
Respecto de los suelos se distinguen dos zonas geológicas: la franja costera, que va desde el puerto de Mahón hasta el cabo Favaritx, constituida por un conjunto de terrenos primarios del Carbonífero. La mitad meridional formada por una muestra calcárea y pedregosa constituida en su totalidad por sedimentos miocénicos que aparece surcada por profundos barrancos.
El clima es benigno, no sobrepasando los 34º C en verano ni descendiendo por debajo de los 5º en invierno, siendo de 23º C la temperatura media en verano y 10º C en invierno.
La precipitación media anual es algo superior a los 600 mm, lo que unido al abundante rocío permite la obtención de recursos pastables suficientes para alimentar en la isla una importante cabaña vacuna.
La red hidrográfica está constituida por cauces secos de torrentes y barrancos por los que sólo discurre el agua tras las lluvias fuertes.
Los prados naturales generalmente se asientan sobre terrenos dedicados anteriormente a labor en los que la actividad ganadera ha desplazado a la agrícola. Se trata de formaciones espontáneas de densas y altas hierbas en las que predominan las gramíneas y leguminosas de alto valor pascícola.
Los pastos son aprovechados a diente desde noviembre a mayo. Los excedentes de forraje son ensilados y henificados en primavera (abril-mayo) a fin de mantener el ganado los meses de escasez de pastos.
La flora está constituida principalmente por zulla, vallico, agropyrum, cebada, avena, tréboles y ray grass.
Es frecuente la presencia de arbolado con algo de matorral, representado por pies dispersos de encina o acebuche y pequeñas manchas de lentiscos.
Las condiciones de clima y suelo ya descritas han propiciado que la isla de Menorca haya decantado su producción agraria hacia la ganadería de vacuno de leche.
La propiedad rural está dividida en "llocs", explotaciones agropecuarias regidas normalmente por una familia que habita en la casa, cultivando la tierra y manejando el ganado, según prácticas tradicionales.
Tradicionalmente se han realizado cultivos rotacionales, así apareció la división en "sementeres" (porciones) que permitía un cultivo cíclico: el primer año cereal, el segundo plantas forrajeras y el tercero "guaret" (barbecho).
Las limitaciones de agua en Menorca, por su salinidad, profundidad de los acuíferos, prioridad para el consumo humano, etc., hacen que el regadío sea escaso, no alcanzando el 8% de la SAU y localizado en su mayoría en el término municipal de Ciudadela. Se trata de producciones forrajeras que se asientan sobre parcelas rotacionales. Los cultivos base de las alternativas son la alfalfa y el raygrass italiano que se alternan con maíz, sorgo, bersin y bromo.
La tendencia actual es ir hacia la siega en las parcelas más aptas, manteniendo el pastoreo en laderas y terrenos de difícil mecanización.
Estas producciones son la base de la alimentación del ganado que lo aprovechará mediante pastoreo controlado, mediante "tanques" de otoño a primavera. Durante el verano las vacas pastan de noche, consumiendo rastrojeras.
La imagen característica del paisaje menorquín, durante buena parte del año, es una combinación de verdes de distintas tonalidades, según los cultivos, prados o masas arbóreas, surcado por una tupida red de paredes de piedra, relacionada con la especialización pecuaria de la isla y consecuencia de la escasa profundidad de sus suelos y la abundancia de afloramiento de roca. Se calcula que puede haber algo más de 15.000 Km de paredes de piedra, que sirven de cerramiento de cercas o "tanques" que facilitan un pastoreo racional y permiten ahorrar mano de obra en la custodia del ganado.