Suelo.-
Se adapta bien a diversos tipos de suelo, sobre
todo jugando con las características de los
distintos portainjertos. Prefiere los suelos frescos,
profundos, sin encharcamiento y con niveles moderados
de caliza, y agradece dotaciones suficientes de
materia orgánica.
Clima.-
Se adapta perfectamente al clima mediterráneo,
con temperaturas suaves, tolerando heladas de media
intensidad durante el reposo vegetativo. Las heladas
tardías de primavera pueden afectar a la
brotación (como en la viña), que se
produce nuevamente, aunque sin cosecha. Le perjudican
los vientos fuertes a partir del cuajado, ya que
la epidermis del fruto se raya (rameado) con mucha
facilidad. La excesiva insolación en los
meses de verano puede producir daños sobre
la epidermis de los frutos más expuestos
(planchado). En algún caso las primeras heladas
(noviembre-diciembre) dañan al kaki pendiente
de recolección.
Reproducción de los kakis.-
El
kaki se reproduce por injerto de la variedad
deseada. El injerto habitual es de escudete, que
se puede realizar en primavera, a ojo velando, con
varetas cortadas en reposo invernal y conservadas
en frigorífico, o a final del verano, a ojo
dormido. La reproducción por semillas es
posible pero desaconsejable, debido a la importante
dispersión genética que se produce.
Marcos
de plantación de los kakis.-
Marco real, tresbolillo, líneas, etc. son
perfectamente válidos para el kaki, siempre
y cuando se respeten unas distancias mínimas
que permitan una buena iluminación de la
copa (que es muy necesaria a este frutal, ya que
la falta de luz provoca una importante seca de ramillas
en el interior de la copa), así como el paso
de maquinaria para dar las labores de cultivo. Marcos
adecuados, para la formación en vaso, podrían
ser 5 x 5 metros, 6 x 4 metros o aún mayores, si las
necesidades de mecanización del cultivo lo
exigen. Para cultivo en palmeta, se puede hablar
de 3 a 4 metros de calle por 2,5 a 3 metros en la
línea.
Poda del kaki.-
Las podas habituales en fruticultura son de aplicación
al kaki, siempre que permitan una buena iluminación.
La formación en vaso y palmeta irregulares
son preferibles, al facilitar la sustitución
de las ramas rotas por el viento, el peso de la
cosecha u otras causas, ya que la madera del kaki es bastante quebradiza. La poda en pirámide
es también posible y se corresponde más
con la forma espontánea de esta especie frutal.
En la formación en vaso es importante abrir
las ramas principales, dándoles desde el
principio la inclinación adecuada, con lo
que se evita el crecimiento excesivo en altura y
los despuntes sucesivos, con la consiguiente emisión
de chupones. En cuanto a la poda de fructificación,
hay que recordar que el kaki fructifica sobre
la madera del mismo año, por lo que un aclareo
intenso de ramillas en árboles adultos puede
reducir notablemente el número de brotaciones
con frutos, mejorando el calibre de éstos.
De la máxima importancia es reducir, mediante
la poda, la posibilidad del rameado, distribuyendo
bien las ramas productivas en la copa y limitando
su longitud. Algunos técnicos recomiendan
dejar tocones de unos centímetros en los
cortes de poda, opinión que no comparto.
Aclareo
de frutos.-
No es necesario en plantaciones jóvenes,
o en las adultas que reciben podas suficientes para
reducir el número de frutos. En otros casos
puede ser necesario, y debe procederse a efectuarlo
una vez finalizada la caída natural del fruto,
lo que en ocasiones se produce bastante avanzado
el estío. Un sistema de trabajo puede ser,
dejar 1 ó 2 frutos por cada ramilla productiva,
eliminando el resto. Los frutos más cercanos
a la base del brote son normalmente de floración
más temprana que los del extremo, por lo
que la eliminación de unos u otros dependerá
del interés de adelantar o retrasar la cosecha,
aunque la influencia sea mínima.
Riego de los kakis.-
Las necesidades hídricas del kaki son algo
inferiores a las de otras especies de frutas caducifolias.
No obstante, el riego ordenado es necesario para
obtener una cosecha de calidad. Independientemente
del sistema (inundación, goteo, etc.), hay
que evitar los riegos excesivos, sobre todo en el
período de cuajado del fruto, en que pueden
producir una fuerte caída de los mismos.
Según la pluviometría, el tipo de
suelo, el sistema de riego y demás parámetros,
aportaciones de 1.200 a 2.400 metros cúbicos
de agua por Ha y año pueden ser necesarias
para completar las necesidades hídricas del
cultivo.
Manejo
del suelo: Laboreo y herbicidas de los kakis .-
El kaki ha demostrado cumplidamente su adaptabilidad
a los diferentes sistemas de cultivo. Produce bien,
tanto en explotaciones donde se dan labores mecánicas
(siempre que sean superficiales, para no afectar
al sistema radicular), como explotaciones de no
cultivo (o mejor no laboreo), con aplicación
de herbicidas. El sistema mixto, con aplicación
de herbicidas en la línea y laboreo en las
calles es bastante utilizado en muchas zonas productoras.
En cuanto a los herbicidas a utilizar, hay que ser
prudentes, pues el kaki es bastante sensible en
general a los herbicidas. Productos residuales deben
ser experimentados cuidadosamente en cada tipo de
suelo, siendo especialmente problemáticos
en suelos arenosos. Oxifluorfen se usa, al parecer,
sin problemas en algunas zonas, y está entre
los que tienen registro para frutales de hoja caduca.
Los herbicidas de contacto y/o traslocación
se usan normalmente sin problemas, a condición
de que el caldo de aspersión no moje ramas
con hojas o posibles rebrotes de raíz. En
general está desaconsejada la herbigación,
a no ser que se experimente previamente en cada
caso.
Plagas
y Enfermedades de los kakis .-
En estos momentos se conocen diversos parásitos
que pueden atacar al kaki, aunque de todos
ellos, sólo el primero que citaremos, la
mosca de la fruta, es una verdadera plaga.
Ceratitis
capitata Wied.-
Es, con diferencia, la plaga más importante
del kaki. Si no se controla adecuadamente,
bien sea con la aplicación de insecticidas
en tratamiento total o de parcheo, terrestre o
aéreo; la captura masiva de adultos con
trampas sexuales, alimenticias o cromáticas;
o cualquier otro sistema con el que pueda conseguirse
un control suficiente, el grado de ataque puede
ser prácticamente del 100 % de la cosecha.
Sin embargo, el ataque de Ceratitis sobre el kaki
tiene la ventaja, frente al ataque en cítricos,
de que la picada es muy visible y, en consecuencia,
es fácil separar durante la manipulación
los frutos afectados.
Criptoblabes
Gnidiella Mill.-
Se trata de un lepidóptero, cuya oruga,
de poco más de un centímetro de
longitud y protegida por los restos florales que
en ocasiones quedan adheridos al ápice
del fruto, roe la epidermis del mismo. Sólo
necesita control químico en muy contados
casos en que la plaga adquiere importancia.
Cotonet
ó melazo.-
En la Comunidad Valenciana se han detectado ataques
muy esporádicos de la especie Pseudococcus
Viburnii. En caso de necesidad puede procederse
al control precoz mediante la suelta de adultos
de Cryptolaemus Montrouzieri.
Cochinilla
de la Tizne.-
La Saissetia Oleae Oliv. se ha detectado también
esporádicamente sobre el kaki. Sólo
en casos puntuales es necesaria la aplicación
de insecticidas.
Otros
patógenos.-
Relacionamos a continuación otros problemas
detectados en contadas ocasiones, y que no necesitan
habitualmente ninguna intervención para
su control:
* Parthenolecanium (Eulecanium) Corni Buouch.
* Parlatoria Oleae Colv.
* Aspidiotus Nerii Bouch.
* Ceroplastes spp.
* Apate monachus F. (taladro de la madera).
* Gonocerus acutángulus Goez. (Chinche).
* Estreblote Panda (Taragama Repanda) Hubn.
* Armillariella (Armillaria) Mellea Karst.