Marcos
de plantación de cerezos .-
El espacio agrario está muy limitado
por su morfología topográfica. La
mayor parte de las explotaciones se sitúan
en pequeños bancales, en laderas con fuertes
pendientes y sostenidos por paredes de piedra.
Al
hablar de marcos de plantación hay que tener
en cuenta que nos estamos refiriendo a distancia
entre árboles, ya que no se puede hablar
de distancia entre calles. La razón es obvia,
debido a la estrechez de los bancales, en el 95%
de las parcelas existe una única línea
de árboles. El marco normal de plantación
es de 8 metros de separación entre pies.
Con este marco el número de árboles
es de 125 árboles por Ha.
Laboreo,
poda y recolección de las cerezas .-
Aunque en los últimos años se están
introduciendo cerezos injertados desde los viveros,
lo tradicional y la práctica más frecuente
es traer los cerezos desde los montes y sierras
cercanas, desinfectarlos de posibles plagas y enfermedades
y plantarlos. La época para llevar a cabo
esta práctica es entre otoño e invierno.
Posterior
a la plantación del árbol se lleva
a cabo el injerto, cuando éste cuenta con
1 ó 2 años de edad. El tipo de injerto
más habitual es el "espiga"
que debe realizarse entre enero y febrero.
El
sistema de abonado de los cerezos más utilizado sigue basándose
en estiércoles y en el enterramiento de malas
hierbas. Este abonado natural se complementa en
ocasiones con enmiendas nitrogenadas, cálcicas
o potásicas según necesidades del
suelo.
La
poda de los cerezos es ligera en árboles de producción,
limitándose a aclareos y despuntes. En árboles
jóvenes se tiende a formarlos mediante supresión
de ramas y despunte para obligarlos a ramificar.
Por razón del vigor y envergadura que confiere
el patrón de cerezo silvestre, las plantaciones
de árboles a todo viento son marcadamente
predominantes en toda la zona.
La
recolección de las cerezas tiene una duración normal
de 12-15 semanas. Se inicia por lo regular a finales
del mes de abril y se prolonga hasta principios
de agosto en las explotaciones situadas a mayor
altitud.
La
estructura minifundista de la propiedad de la tierra
determina que en la mayor parte de las explotaciones
la mano de obra sea de carácter familiar
en proporciones muy elevadas. La recogida de las cerezas es ardua, y precisa adiestramiento. Las cerezas han de recogerse a mano, de una en una, sin que
quepan fórmulas mecanizadas sustitutivas,
por la delicadeza del fruto y la complejidad del
sistema de cultivo. El sistema manual sigue siendo
el único y más apropiado.