La zona de producción de la Denominación de Origen Chufa de Valencia está situada en l’Horta de Valencia, con una extensión de 6.500 Ha.
La orografía de la zona de producción es llana, propia de áreas sedimentarías costeras del mar Mediterráneo.
Los suelos son franco-arenosos, con buen drenaje y bien nivelados. Suelos de textura ligera, sueltos, arenas de grano fino, libres de salinidad y de malas hierbas.
En estos suelos la chufa adquiere mayor calidad, sabor más dulce e intenso, piel más fina y tamaño más grande y uniforme.
El clima es mediterráneo con humedad relativa alta y escasas oscilaciones térmicas a lo largo del día, debido a la proximidad del mar, que actúa como amortiguador térmico.
El cultivo de la chufa requiere temperaturas medias elevadas de 13 a 25º C y ausencia de heladas.
Para el brote del tubérculo se requiere una temperatura mínima de 12º C, situación que se da en esta Comarca a partir de marzo.
La elevada humedad relativa favorece el cultivo de la chufa dada la baja pluviometría en esta comarca.
Zona de escasa pluviometría, cifrada en unos 400 mm anuales, la zona de producción se encuentra regada por una red de acequias, que arrancan del río Turia, que son utilizadas durante el período estival.
Origen e historia de la Chufa de Valencia.-
Se han encontrado chufas en tumbas egipcias. Fue un producto muy apreciado por los antiguos egipcios que los cocían y los consumían como postre ya que se volvían muy dulces.
Hay referencias muy antiguas en libros persas y árabes. Autores chinos la denominan Hiang-fu-tze- y Sha-ts-an, que recomiendan beber su zumo como estimulante del apetito y para conseguir el bienestar general.
Desde Egipto se extendió por el norte de África. La chufa fue introducida en España por los árabes en el siglo VIII, como producto de sabor y aroma delicado y como base de la bebida refrescante obtenida de su maceración: la horchata.
En el siglo XIII, bajo la cultura islámica, su cultivo se expande en el área mediterránea de la actual Comunidad Valenciana. Hay constancia escrita de que se consumía una bebida llamada "leche de chufas" que sin duda fue el antecedente de la actual horchata de chufa.
A.J. Cavanilles en 1795 habla del cultivo de unas 15 ha. de chufa en Alboraia y Almássera, con referencia a su consumo en remojo y describiendo su cultivo.
Existen numerosos estudios relativos tanto a la chufa como a la bebida obtenida de su maceración, la horchata, todos ellos realizados por investigadores de la zona de producción, entre los que señalamos:
Alcalá. A., Casas, A. y Primo,E. (1954) "Estudio sobre la chufa".
Alcalá, A (1956) "Estudio químico de la horchata de chufas".
Hernández, E., Alonso, I. y Lafuente (1963) "tratamiento de la chufas para reducir su contenido en microorganismos"; "Un test objetivo de calidad sanitaria de la horchata de chufa".
Hernández, E. y Vilar, R. (1967) "Microbiología de la horchata de chufas", "determinación de índices de calidad".