El municipio de Campo de Criptana se encuentra situado en la Comarca de La Mancha, provincia de Ciudad Real. Está bien comunicado por la N-420, tiene autobuses y estación de ferrocarril, de la línea Madrid-Alicante.
El término municipal es llano, en la parte norte es más elevado, alcanzándose los 780 metros sobre el nivel del mar, el municipio es cruzado por el río Záncara. En lo alto de la población se encuentra la Sierra de los Molinos, un lugar emblemático donde se encuentran los molinos de viento que inspiraron a Miguel de Cervantes para narrar las aventuras de Don Quijote. Estos molinos son los famosos “gigantes”. Don Quijote luchó valientemente contra ellos.
La actividad económica principal es la agrícola, destacando el cultivo de la vid. Aquí se elaboran vinos que son de los mejores caldos de España. También destaca el cultivo del olivo y el cereal. En ganadería destacan los rebaños de ovejas, de cuya leche se elabora el reconocido queso manchego.
Gran importancia tiene el sector turístico gracias a la actividad hotelera, la gastronomía –restaurantes- y los monumentos religiosos y civiles que la historia ha dejado en la localidad.
Respecto de la industria destaca la actividad de las bodegas de vino, las almazaras de aceite y la producción de harina. En su término municipal se encuentran dos polígonos industriales, el industrial y el agrícola.
La historia de la localidad de Campo de Criptana se remonta hasta los 5.000 años, en el Neolítico final y Calcolítico. Hay restos de asentamientos, un dolmen en Guarreyiso o el Pico y petroglifos en la Senda de Cantaneros.
Los carpetanos son los primeros pobladores de los que se tienen noticias. El griego Polibio nos informa de una incursión del ejército cartaginés por estas tierras en el año 220 a.C. La zona es sometida en el año 178 a.C. tras la derrota del rey Thurro. A partir de este momento la comarca se desarrolla construyéndose pueblos, calzadas y puentes.
En el año 1097 el rey moro de Denia se refugia en el Castillo de Criptana, tras la derrota del rey Alfonso en la Batalla de Consuegra, en esta batalla muere el hijo del Cid Campeador. Por orden del rey Alfonso VI la zona es repoblada por la Orden de Santiago. A partir del año 1328 se unifican los pueblos de Criptana y el Campo y nace una nueva población con el nombre de Campo de Criptana.
A principios del siglo XVII la población estaba habitada por más de 5.000 personas hasta el año 1669 en que la cifra bajó a las 3.600 personas debido a la peste y al hambre por las malas cosechas.
Hoy el Ayuntamiento de Campo de Criptana tiene 15.010 habitantes y paseando por la Villa nos encontraremos con los siguientes monumentos civiles y religiosos:
Hay documentos históricos que confirman que en la época en que Cervantes se inspiró para escribir El Quijote, había 34 molinos de viento en la localidad, de los que se conservan tres originales -Burleta, Infanto y Sardinero-. Situados en lo alto de una colina junto a otros molinos más modernos, forman un conjunto de 10 molinos, el llamado Museo de los Molinos. Es la seña de identidad de esta localidad manchega, conocida como Tierra de gigantes. Uno de los molinos modernos lo construyó la actriz y cantante Sara Montiel, natural de la localidad.
Así cuenta don Miguel de Cervantes cuando Don Quijote y Sancho Panza descubrieron los molinos de viento:
“En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y así como Don Quijote los vio, dijo a su escudero: “La aventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ¿ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas...”
En aquella época Campo de Criptana era la localidad que más molinos tenia, tantos o más, que el resto de la provincia de Ciudad Real.
Para la época los molinos de viento fueron un avance tecnológico. Lo trajeron a La Mancha los cruzados que regresaban de Tierra Santa junto con la Orden de San Juan, estamos hablando del siglo XII. Otros investigadores dicen que pudo ser traído por los árabes.
Sean unos u otros el molino de viento es una versión del molino de agua. Allí donde escasea el agua hay viento. Como hoy, donde escasea el agua ponemos paneles solares y si es en lo alto de una montaña o colina aerogeneradores. Al fin y al cabo es tecnología respetuosa con el medioambiente aunque no tanto con el paisaje.
Se construyeron tantos molinos de viento para moler la gran cantidad de grano que producían los campos en aquella época. Eran necesarios para hacer la harina.
El declive del molino fue causado por la importación a gran escala de cereales a finales del s. XIX de grano procedente de Rusia y América. Los cultivos fueron sustituidos por el cultivo de la vid. Los molinos estuvieron funcionando hasta mediados del siglo XX.
Hoy los molinos están declarados Bienes de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico y dominan todo el paisaje desde el Cerro de la Paz.
A lo largo de la historia una minoría propietaria compuesta por la nobleza y el clero ostentaba la práctica totalidad de la tierra del término municipal. Eso traía consigo que la mayoría de la población fuera muy pobre. Esta clase pudiente construyó sus casas solariegas en cuyas fachadas hoy el visitante puede contemplar los escudos nobiliarios de dichas familias pudientes. Estas casas forman hoy parte del patrimonio histórico de la localidad.
He aquí algunos escudos que se pueden contemplar paseando por las calles y plazas de Campo de Criptana: Castilla –calle de la Virgen-; Treviño –el la misma calle y en el Monasterio de las Concepcionistas-; Quirós –fachada del Ayuntamiento-; Cabezuelas; Peña-Carrilo –calle Cervantes-; Ayala-Figueroa –calle Soledad-; Pósito –en el edificio del antiguo Pósito-; Tercia –calle del Convento-; Salazar –en la fachada de la Casa de la Cultura- y por último en la Plaza Mayor se encuentra el escudo de la familia Baillo.

La localidad de Campo de Criptana tiene muchos monumentos además de los famosos Molinos de Viento y el primero es el Pósito Real. Es un edificio emblemático del siglo XVI. Sirvió de almacén de grano y actuaba de prestamista en épocas de carestía. Se modificó en el siglo XVIII. Con el paso de los siglos decayó su actividad y su uso. Hoy es un museo y una sala de exposiciones. Ha sido restaurado por una Escuela-Taller, y merecedor de un diploma de los premios "Europa Nostra" otorgado en 1997 por la Unión Europea.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.- Del año 1958, construida encima de otra del siglo XVI. Es de estilo ecléctico, destacando la influencia clasicista, vigente durante la postguerra española.
Ermita de la Veracruz.- Es original del siglo XVI. Destaca su portada y el campanario. La portada tiene un arco de medio punto y decoración típica renacentista.
Ermita del Cristo de Villajos.- es de estilo barroco del siglo XVII. La restaurada fachada exterior tiene un aire románico, que recuerda su pasado medieval. Dentro se guarda la imagen del “Cristo Patrón” y una talla de la Virgen del siglo XVII, originaria del desaparecido pueblo de Villajos. Se encuentra a 4 km de la localidad.
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