La raza de cabra Palmera se encuentra en la Isla de La Palma (Islas Canarias) España. Los estudios genéticos nos dicen que el origen de esta cabra canaria se sitúa en los animales prehispánicos. Las últimas cabras salvajes se extinguieron hace más de 50 años, en la isla canaria de La Palma.
Está isla se encuentra de camino entre España y América lo que hace pensar en una posible influencia de las razas existentes en el sudoeste de la Península Ibérica. Hasta mediados de los años 80 del pasado s. XX se creía erróneamente, que las tres razas canarias -majorera, tinerfeña y palmera- eran en realidad una sola. La raza de cabra palmera está perfectamente adaptada a las condiciones climáticas y orográficas de la isla de La Palma. Son animales rústicos y muy resistentes.
Atendiendo a su aspecto externo se han llegado a catalogar varias decenas de capas distintas -es decir, tonos de pelo-, aunque las más corrientes son las de tonos rojizos. Así, por citar sólo algunas, puede hablarse de cabras bermejas, negras fulas, pejeverdes, moriscas, jardinas, herreras o cardosas.
Entre las características más significativas citaremos la grupa ancha y redondeada, la cornamenta abierta desde su nacimiento, la cola redondeada y dirigida hacia arriba o hacia adelante, las extremidades cortas y con buenos aplomos, el tronco de costillares redondos, la cabeza triangular, con ojos muy vivos, las mamas son globosas y de piel fina.
La leche de la cabra palmera es de muy buena calidad. Destacando los altos niveles de alfa-caseína, una proteína láctea muy importante en la elaboración de queso.
La raza de cabra Palmera ofrece un gran rendimiento quesero, con su leche se elabora un queso de alta calidad: el Queso Palmero con Denominación de Origen.